miércoles, 31 de octubre de 2012

EL BRIAL

El brial fue una prenda similar a la saya pero era talar, con mangas estrechas o ligeramente anchas. Era muy lujoso, tanto por el tipo de tela usada como por los adornos que se ponían.

Se usó desde el siglo XI hasta finales del XV (ojo con el término brial ya que hizo referencia también a un falda que las mujeres llevaban debajo de otras prendas de acuerpo durante los siglo XIV y XV y a otra falda que llevaban los hombres de armas por las mismas fechas).
A partir de los años 90 del siglo XV al brial se le empieza a llamar también saya.


Brial sobre saya (obsérvese las mangas). 1425-50 Llegada a puerto de la nave de Santa Úrsula, Anónimo, ©Museo del Prado, Madrid (detalle)

A veces la falda iba plegada verticalmente imitando la túnica mozárabe. Siguiendo la moda internacional las mangas se encañonaban, se rizaban o se plegaban en horizontal. También se decoraban con una especie de pespuntes, espirales o roscas. Los estampados fueron habituales, así como las franjas horizontales de origen musulmán.

 Manga plegada y con pespuntes. 1086. Beato de Burgo de Osma, clérigo Pedro y miniado por Martino, Burgo de Osma, Soria (detalle)


  Falda y puño de las mangas plegados. 1093. Sepulcro de Alfonso Ansúrez, Museo Arqueológico Nacional de Madrid (detalle) (imagen obtenida del Románico Aragonés)

 Brial bajo manto, adorno sobre el hombro y escote cerrado con cenefa sobre el hombro.1175-85, Biblia de Burgos o Beato de San Pedro de Cardeña, Biblioteca Pública, Burgos (detalle)

 Rey con brial muy adornado bajo manto. 1127, Libro de los Testamentos, Catedral de Oviedo (detalle)


  1175-85, Biblia de Burgos o Beato de San Pedro de Cardeña, Biblioteca Pública, Burgos (detalle)

 Brial con mangas rizadas y borde de la falda con figuras geométricas. Encima lleva una túnica roja más corta sin mangas, manto cerrado y toca bizantina. Mediados del XII. Mural de la Iglesia de San Pedro de Sorpe (detalle)


Brial hendido para poder cabalgar; encima lleva piel/pellizón y un manto afiblado. 1129. Tumba A, Catedral de Santiago, La Coruña (detalle)


El brial encordado (ver saya encordada aquí):

Brial (consideramos que es brial por la gran largura de la falda) rojo encordado sin mangas; obsérvese la pegadura margomada que taparía la unión de la manga con la sisa. Encima lleva un pellote rojo, y debajo la camisa margomada de la que sólo se ven las mangas. Lleva un manto rojo caído sobre las rodillas. 1283-87, Libro de Ajedrez, Dados y Tablas de Alfonso X el  Sabio, Biblioteca del Monasterios de San Lorenzo Escorial, Madrid (detalle)


Siglo XIV, sigue la moda de las sayas:

Obsérvese los perfiles de cuello y puños. Retablo de la Resurrección, hermanos Serra, 1361-62, Museo de Zaragoza (detalle)

Hacia 1359, Vida de S. Juan Bautista, taller de hermanos Serra, Museo del Prado, Madrid (detalle)


En la segunda mitad de siglo se llevan mangas postizas, levadizas o quitadizas de origen flamenco. También se usaron las mangas sueltas o independientes. La variedad fue infinita.
También las hubo con una abertura longitudinal por encima del codo por donde se sacaba el brazo. Y siguieron la moda italiana de abrir aberturas para mostrar la manga de la camisa (ver más sobre esto aquí), que formaron bullones.

Mangas con cuatro bullones. H. 1490, La Virgen de los Reyes Católicos, Maestro de los Reyes Católicos, Museo del Prado, Madrid (detalle) 

Brial con camisa con dos bullones. H. 1496-99, Salomé con la cabeza del San Juan Bautista, Juan de Flandes, Museum Mayer van den Bergh, Bélgica (detalle)

Brial de brocado con perfiles de piel y mangas postizas de origen franco-flamenco. Debajo lleva faldellín. H. 1480. Las tentaciones de San Antonio, subasta (detalle)


En los briales se puede observar la influencia de la moda imperante en Francia, así como sus cambios y evoluciones:

1.

Entre los años treinta y cincuenta, los pliegues son menudos, todo alrededor y de arriba abajo. Se colocaba un cinturón casi por debajo del pecho. La línea de los hombros es caída. La figura es esbelta. La anunciación, Bernardo Martorell, h. 1427-52, Musée des Beaux-Arts de Montréal, Canadá (detalle)

 Brial siguiendo la moda de los primeras décadas, con mangas anchas recogida en el puño. 1430. Fábulas de Esopo, Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial (detalle; imagen obtenida de la obra de Bernis)


2.
 A mitad del siglo el torso va abombado, la cintura queda hundida por detrás y se alarga el talle colocando el cinturón un poco más abajo de la cintura. La línea de los hombros se eleva siguiendo la moda borgoñona. La línea de los hombros se eleva siguiendo la moda borgoñona, se llega a colocar brahones (aquí los hombros están fruncidos). La mujer española se aleja del modelo de los hombros caídos y silueta menuda tan de moda en el resto de Europa. Escote en pico llegando hasta la cintura. Debajo lleva un cos. Genealogía de los reyes, Alfonso de Cartagena, 1460, Biblioteca de Palacio, Madrid (detalle)
3.
  Un poco antes de 1460 los pliegues son gruesos en el delantero y la espalda. Perdurará hasta los años ochenta (cuando en Europa ya ha desaparecido). La línea de los hombros recobra su forma natural. ¿Saya o brial? (dudo que sea un hábito). La visitación de la Virgen a su prima Santa Isabel, retablo de San Juan Bautista, Domingo Ram, finales del siglo XV, Metropolitan Museum of Art, Nueva York (detalle)

4.
 A finales del siglo los briales van sin pliegues, ajustados al talle y con el escote cuadrado, (aunque aún se llevaba escote en pico, por el que asomaba la gorguera o la camisa). La falda queda fruncida en la cintura. Sigue los talles largos y envarados. Brial con cos asomando por el cerramiento o puerta del escote. H. 1485. La decapitación de San Juan Bautista, Pedro Berruguete, Retablo de San Juan Bautista, Iglesia de Santa María de Campo, Burgos (detalle)

Brial con faja. La manga en forma de embudo cubriendo parte de la mano era moda del siglo XIV y bastante rara a finales del XV. H. 1500 (para Bernis años 1485-90). Salomé presenta la cabeza del Bautista o el Festín de Herodes, anónimo hispo-flamenco, Museo de Huesca (detalle)


Al brial también se le puso verdugos para que no arrastrara por el suelo.

 Brial con verdugos. La mujer de la derecha lleva el escote redondo con el borde adornado. Las otras dos mujeres el escote es en pico y se cubren el pecho con un cos. Las tres mujeres llevan las mangas con abertura para dejar libre la manga de la camisa. H. 1470-1480. El festín de Herodes, Pedro García de Benabarre, Museo Nacional de Arte de Cataluña (detalle)

Brial con verdugos que llegan hasta el mismo pecho; el escote es cuadrado y deja ver la manga de la camisa. Encima lleva manto de tres paños. 1488. Rimado de la conquista de Granada de Pedro Marcuello, Museo Conde, Chantilly  (detalle)

Verdugos sobre faldilla que se ve porque la falda de brial está levantada. 1490. Decapitación de San Juan Bautista, Maestro de Miraflores, retablo sobre la vida de San Juan Bautista, Madrid, Museo del Prado (detalle)

 Brial de brocado bordeada con tiras negras de terciopelo. Escote cuadrado. Mangas con cuatro bullones. H. 1485-90. Maestro Budapest, Museo Szépmúvészeti, Budapest (detalle)


 La visitación, Maestro de los Reyes Católicos, 1496-97, Samuel H. Kress Collection, University of Arizona Museum of Art, EEUU (detalle)


Un ejemplo digno de mención es la siguiente imagen donde dos hombres (¿juglares?) llevan brial porque llega hasta los pies y por lo ricamente decorado que está con las mangas a la altura de los antebrazos muy amplias. En este enlace se ve otra imagen tomada también en Uncastillo donde aparecen dos personajes que parecen estar luchando, un hombre mayor con otro joven (seguramente estén realizando una acrobacia... claro que puede ser una mujer... no sé, no sé...).

Enlaces relacionados en este blog:


 Bibliografía:

  • Astor Landete, Marisa: Indumentaria e Imagen. Valencia en los siglos XIV y XV, Valencia.1999.
  • Bernis Madrazo, Carmen: Indumentaria Medieval Española, Instituto Diego Velázquez, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC, 1956.
  • Bernis, Carmen: trajes y modas en la España de los Reyes Católicos: I, Las mujeres II.  Los hombres. Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC 1975.
  • Bernis Madrazo, Carmen: Indumentaria española en tiempos de Carlos V. Madrid: Instituto Diego Velázquez (Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC), 1962.
  • Descalzo, Amalia: Ajuar funerario de doña Teresa Gil. Siglo XIV. PDF. Museo del Traje, Madrid.
  • Vestiduras ricas: el Monasterio de Las Huelgas y su época, 1170-1340. Revista de la Subdirección General de Museos Estatales. Patrimonio Nacional. Servicio de Publicaciones 1ª ed., 1ª imp. (03/2005).





lunes, 8 de octubre de 2012

EL ESCOTE: Un paisaje desde siempre deseado por el hombre.


Después de la entrada que hicimos sobre la camisa de la mujer desde la Edad Media hasta el siglo XVII, nos planteamos otra  entrada algo más "lúdica" en la que el escote sería el protagonista. 
Y aquí está:

Hasta el siglo XIII los vestidos de a cuerpo de las mujeres (la saya y el brial) así como la camisa se cortaban por el mismo patrón. Los escotes se hacían pequeños, redondos, lo justo para poder pasar la cabeza. En otros casos se hacía un corte centrado en la parte delantera.

Disputa y prendimiento de Santa Catalina, h. 1241-55,  ©Museo Nacional de Arte de Cataluña, Barcelona (detalle) 

Sin embargo, podemos encontrar escotes bien generosos:


 Juegos diversos de Axedrez, dados, y tablas con sus explicaciones, ordenados por mandado del Rey don Alfonso el Sabio, 1283-87 (detalle)

A inicios del siglo XIV, desde Francia, hace su aparición la moda de llevar los trajes ajustados, marcando bien el pecho y con el escote redondo. 

Poco a poco, por los años 30, el escote se agranda, se muestran los hombros. Durante los últimos años adquiere la forma de “U”, cuya amplitud variará según el atrevimiento de la mujer.

  Pintura mural, Ferrer Bassa, 1343-45, Monasterio de Pedralbes, Barcelona, España (detalle)

  El pecho queda aprisionado y se abomba a finales del siglo XIV metiendo forros o borra en las prendas.  Huida a Egipto, Retablo de la Vida de la Virgen, Maestro Alpuente, h. 1390-1405, Museo de Zaragoza, España (detalle)


Anunciación, finales del siglo XIV, Taller de Coimbra, Museo de la Catedral de Santiago de Compostela, La Coruña, España (detalle)

Virgen sedente con el niño, Anónimo, finales del siglo XIV, Museo Diocesano de Astorga, León, España (detalle)

En el XV, por influencia francesa-borgoñona, llega el escote en pico, aunque no fue muy asimilado por las españolas. Se abrió tanto que al final la prenda quedó abierta hasta la cintura. Ahora bien, para que no quedaran excesivamente expuestos los senos, se usaban cordones o cintas para mantener más o menos unidos los bordes o se velaba la delantera poniendo debajo una prenda interior llamada cos u otra tela destinada para este fin.

Escote todavía redondeado. Retablo de la Virgen y San Jorge, Luis Borrassá (principios del XV), Iglesia de San Francisco, Villafranca del Penedés, Barcelona, España (detalle)

1400. Santa Úrsula, ¿Maestro Jacobus?, Museo Nacional de Arte de Cataluña, Barcelona, España (detalle) (imagen obtenida aquí)

Retablo del Salvador de Broto, 1490-98, Juan de la Abadía, el Viejo, Museo de Zaragoza, España (detalle)

Briales con escote en pico, debajo llevan una tela para velar el pecho; además de llevar una camisa con escote cuadrado. H. 1485. Retablo de San Juan Bautista, Pedro Berruguete, Iglesia de Santa María de Campo, Burgos, España (detalle)

En los años 80 conviven el escote en pico, el redondeado y uno nuevo: cuadrado o trapezoidal. Este último acabará por imponerse a finales de siglo. El uso de la gorguera se dispara entre las mujeres más pudorosas o se muestra el borde superior de la camisa con sus múltiples adornos que la embellecen. 
Algunas gorgueras y camisas son tan transparentes que apenas velan nada.

Santo Domingo de Silo entronizado como obispo, Bartolomé Bermejo, 1474-1477, Museo del Prado, Madrid, España (detalle)

La Piedad, Maestro de Palanquinos, escuela castellana, último cuarto del s. XV, subastas (detalle)

La decapitación de San Juan Bautista, Maestro Palanquinos, h.1490-1500, Art Instute of Chicago, EEUU (detalle)

Escote cuadrado, bordeando las prendas superiores según moda anterior a los años noventa. Hacia 1480-88. Bodas de Canaán, Fernando Gallego (detalle) (imagen obtenida aquí)


Las tentaciones de San Antonio, anónimo, h. 1480, (detalle)

 Hasta Isabel la Católica llevó los atrevidos escotes. Proyecto para la Capilla de San Juan de los reyes, Isabel La Católica, h. 1485-90, Juan Guas, Museo del Prado, Madrid (detalle; imagen obtenida de la obra de Carmen Bernis) (ver el dibujo realizado por Juan Guas en este enlace)

Una pena no haber encontrado una imagen de este cuadro con mayor resolución. Vemos como la toca más tradicional y el escote se complementaban; genial. Nacimiento de la Virgen, Tríptico de Santa Ana, anónimo, H. 1490, Castillo de Perelada, Gerona (detalle) (imagen obtenida aquí)

Escote muy exagerado, tal vez por ser una alegoría, aunque no se puede descartar que algunas mujeres se atrevieran a llevarlo (y no hablo de mujeres de vida alegre). La Visión Delectable de la Filosofía y Artes Liberales, Alfonso de la Torre, 1477, Biblioteca Nacional de París (detalle; imagen obtenida de la obra de Carmen Bernis)

Segunda mitad del XV, Nacimiento de la Virgen, anónimo,  ©Museo episcopal de Vic, Barcelona (detalle)

Las bodas de Canaan, Maestro de los Reyes Católicos, 1496, Samuel H. Kress Collection, Nueva York, EEUU (detalle)

XV. Santa Elena, escuela castellana (detalle)

En el siglo XVI el escote cuadrado impuesto por la moda francesa y flamenca sigue haciendo furor. Especialmente si el escote de la prenda de a cuerpo es muy pronunciado. Las mujeres de clase media y las villanas serán las que lucirán más su torso, mientras las mujeres de Corte se ponen gorgueras, valonas, valoncillas y cabezones para velar el pecho. Aún así, a mediados de siglo, como mandan las buenas costumbres y para dar ejemplo, prevalece la moda de los escotes altos.
Surge la lechuguilla que cubrirá todo el cuello.

La sinagoga, Gil de Siloé, h. 1500, capilla del condestable, Catedral de Burgos (detalle)


Doña Leonor. Grabado de Crónica de Juan II, Hernán Pérez de Guzmán, 1517 (detalle)

La crucifixión, Juan de Flandes, 1509-18, ©Museo del Prado, Madrid (detalle)

El descendimiento, Pedro Machuca, 1547, ©Museo del Prado, Madrid (detalle)

Primer tercio del siglo XVI. Degollación de San Juan Bautista, Escuela castellana, Taller de Antonio de Elejalde, Museo de Burgos (detalle)

En el siglo XVII se llevará los escotes en barco entre la gente pudiente, mientras entre la gente del pueblo apenas se cubre el busto.

La crucifixión, Pedro Orrente, hacia 1645, subasta (detalle)

Las tentaciones de San Jerónimo, H. 1657, Juan de Valdes Leal, Museo de Bellas Artes de Sevilla (detalle)

Nacimiento de la Virgen, Alonso Cano, 1663-62, Catedral de Granada (detalle)

Dama del abanico, h. 1646, Diego de Silva y Velázquez, Wallace Collection, Londres (detalle)

Margarita de Austria, segunda mitad del siglo XVII, atribuido a Claudio Coello, subasta (detalle)


Bibliografía:

Bernis, Carmen: Indumentaria femenina española del siglo XV: la camisa de mujer, Archivo Español de Arte, 30, 1957.
Bernis Madrazo, Carmen: Indumentaria medieval española. Instituto Diego Velázquez, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC, 1956.
Bernis Madrazo, Carmen: Trajes y modas en la España de los Reyes Católicos: I. Las mujeres; Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC, 1975.
Sigüenza Pelarda, Cristina: La Moda en el Vestir en la Pintura Gótica Aragones. Instituto “Fernando el Católico”, excma. Diputación de Zaragoza, 2000.

Sigüenza Pelarda, Cristina: La moda femenina a finales de la Edad Media, espejo de sensibilidad. Costumbres indumentarias de las mujeres a través de las artes plásticas del gótico en La Rioja. Berceo, ISSN 0210-8550, Nº 147, 2004.