lunes, 30 de enero de 2012

DECHADOS

El cuadro que muestro a continuación me encantó nada más verlo: el grupo de mujeres enseñando sus labores, el colorido de sus sayas, los motivos de sus trabajos. 


     Luis Borrassà fue pintor de la Corona de Aragón entre finales del siglo XIV e inicios del XV e introdujo el estilo gótico internacional



El delicioso cuadro de Francisco Zurbarán con un dechado en el regazo de la Virgen Niña:


Virgen niña, Francisco de Zurbarán, h. 1632-33,  Metropolitan Museum of Art, Nueva York, EEUU



No soy de labores, pero un buen amigo (ya fallecido) un día me dijo que coleccionaba dechados antiguos. Entonces, cuando me los mostró (tres, cuatro... son bien difíciles de conseguir), me rendí ante ellos. Aun estando viejos, descoloridos, sucios tenían su encanto. Belleza.

El término dechado viene del latín “dictatum”.
Era la labor que se realizaba como muestra. A partir de ella se aprendía a coser el motivo elegido. Por supuesto, también la técnica. Estos motivos iban desde letras, deshilados, figuras geométricas, vegetales, hasta personajes.
La información que nos da en cada época es importante: sus gustos, la moda, las diferencias entre regiones.

La belleza de dos dechados antiguos. Y a quién le guste ver más que entre en  los enlaces:


Escuela Castellana, 1815. Museo del Traje, Madrid


1819. Colección particular.


1850. En subasta.


finales del XIX. Subasta

1882. Subasta.


1900. En subasta.



Bibliografía:





miércoles, 25 de enero de 2012

MOZÁRABE + ROMÁNICO = PICASSO



1907. Las señoritas de Aviñón (detalle).         
1069. Antifonario de la Catedral de León (detalle)
XII. Maestro de Agüero, San Juan de la Peña (detalle)
1960. Jaquelinne (detalle)

Epoca cubista (detalle)
975. Beato de Gerona (detalle)






1937. Guernica, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.

920. Biblia Sacra de León (detalle)
Mitad XI. Beato Saint Sever
975. Beato de Gerona (detalle)
Y más picassiano, imposible:

Siglo XV. Reverso de un brasero, cerámica de Manises, Instituto Valencia de Don Juan (detalle)


lunes, 23 de enero de 2012

La GORGUERA

LA GORGUERA

El término gorguera aparece en los textos del siglo XV y hacía referencia a cualquier complemento femenino que cubriera el escote y/o el cuello.  

A mediados del siglo XVI, con la aparición del cuello de lechuguilla, la gorguera formó conjunto con él. A todo este conjunto se le siguió llamando gorguera. Por lo tanto, el vocablo gorguera indica los cuellos de lechuguilla de las mujeres en unión con dicha tela (nunca se debe utilizar para hacer referencia al cuello de los hombres).

A continuación podemos ver una muestra gráfica de gorgueras en el siglo XIV y XV.


Damas castellanas con gorguera, una de ellas cruzada. 1396. Retablo del Canciller Ayala, Art Institute, Chicago, EEUU (detalle) (imagen obtenida de renzo dionigi)

Gorguera o escote de la camisa. 1445-1452. Cristo y la Samaritana, Bernat Martorell, Museo Nacional de Arte de Cataluña, Barcelona, España (detalle)


En la primera mitad del siglo XVI los vestidos se escotaron hasta la línea de los hombros por lo que la zona que quedaba descubierta se cubría o bien con la camisa, con el cabezón que bordeaba el cuello de la camisa o con la gorguera. Estas gorgueras no eran, en general, transparentes como años anteriores y se podían adornar con pedrería, bordados o con un aro metálico fino (a esta parte se le llamó gorguerín o gorjal). A mediados de este mismo siglo casi todas las gorgueras cubrían el cuello y llevan los rebordes superiores rizados o plegados (es decir, con el complemento que daría lugar al cuello de lechuguilla).


La resurrección de Lázaro, Juan de Flandes, 1514-19, Museo del Prado, Madrid (detalle)



Saya baja escotada con gorguera alta y con una pequeña lechuguilla plegada. 1551. María de Austria, Antonio Moro, Museo del Prado, Madrid (detalle) (imagen obtenida aquí)

Gorguera al estilo italiano (abierto en el cuello) y con una pequeña lechuguilla escarolada 1554. Retrato de una mujer casada, Antonio Moro, Museo del Prado, Madrid (detalle)


Gorguera abierta con randas. Dama con una flor en el pelo, El Greco, hacia 1590-1595, colección particular

Las mujeres comunes usaban gorguera con lechuguilla escarolada cuando llevaban cuerpos o corpiños escotados.

Gorguera plisada con borde escarolado. 1637. Muchacha con pandereta, José de Ribera, colección particular depositada en The National Gallery, Londres (detalle) (imagen obtenida aquí))


Otros enlaces de interés en el blog:





Bibliografía:

  • Bernis Madrazo, Carmen: Indumentaria española en tiempos de Carlos V. Instituto Diego Velazquez, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (Madrid). 1962.
  • Bernis Madrazo, Carmen: La moda en la España de Felipe II a través del retrato de corte. Alonso Sánchez Coello y el retrato en la corte de Felipe II. VV.AA. Varios autores. Madrid, Edita el Museo del Prado. 1990.
  • Bernis Madrazo, Carmen: El traje y los tipos sociales en El Quijote. Madrid. El Viso, 2001. (Colección nuevas referencias).

viernes, 20 de enero de 2012

EL «PIERCING»

Desde hace algunos años empecé a mirar con detenimiento entomológico (¿será deformación profesional?) las obras pictóricas de ayer y de hoy.
Gracias al ordenador (como lupa binocular) se puede agrandar determinadas zonas. Con paciencia voy descubriendo detalles que a simple vista se nos suelen escapar.

He aquí un ejemplo de mi curiosidad entomológica: las perforaciones en las orejas, o como hoy decimos, el «piercing».


 María de Portugal, Antonio Moro, h. 1550, Pinacoteca Stuard, Parma, Italia




La emperatriz María de Austria, esposa de Maximiliano II, Antonio Moro, 1551, Museo del Prado, Madrid (detalle)



 Juana de Portugal o Juana de Austria (o Habsburgo), Rolán Moys, 1557, Kunsthistorisches Museum, Viena


Retrato de mujer, 1560, Sofonisba Anguissola,  Museo Lázaro Galdiano, Madrid (imagen obtenida aquí)






La dama del abanico, Alonso Sánchez Coello, hacia 1575-80, Museo del Prado, Madrid



Retrato de dama, Juan Pantoja de la Cruz, segunda mitad del XVI, Museo del Prado, Madrid





Infanta Isabel Clara Eugenia, Juan Pantoja de la Cruz, 1598-99, Museo del Prado, Madrid (imagen obtenida aquí)

Especulaciones: adorno de coral - cordoncillo de oro- bolita de vidrio con hilo de oro.

1602. Estatua orante de doña Catalina de la Cerda, duquesa de Lerma, Juan de Arfe, Museo Nacional de Escultura, Valladolid (detalle)



Tres ejemplos italianos:

 María de Medici, Santi di Tito, h.1590, Museo dell'Opificio delle Pietre Dure, Florencia




 María de Medici, escuela de Santi di Tito, ff. del XVI.


Retrato de dama, Alessandro Allori, 1570, colección particular (imagen obtenida aquí)


El uso de los pendientes durante la Edad Media es casi nulo, ya que los tocados y el peinado de moda solían tapar las orejas. Durante el siglo XVI, en concreto en Italia, reaparecen, porque los nuevos peinados dejan bien visibles las orejas. La mujer europea retoma entonces la costumbre de adornárselas.

El ponerse más de un arete supone para mí un interrogante. Seguro que se los colocaban por algún motivo que por el momento desconozco, aparte de usar más de un aro para sujetar los pendientes más pesados (esta teoría toma más fuerza como la única posible a medida que siguen mis investigaciones). Rebuscando por libros especializados no he podido encontrar nada al respecto. El único libro que habla de esto no nos aporta información. En cambio, por Internet, he podido leer que durante el siglo XVII (luego ¿vendría de antes?) era costumbre ponerse una tira de metal en la oreja por sus propiedades terapéuticas. Y llevarlo en lado izquierdo protegía del demonio (superstición legendaria).

Bibliografía:

  • Orsi Landini, Roberta; Niccoli, Bruna: Moda a Firenze, 1540-1580: Lo stile di Eleonara di Toledo e la sua influenza. Vecellio, 1990.

martes, 17 de enero de 2012

La GOLILLA


Era una prenda que siempre tenía que ir junto con la valona. Fue un cuello sencillo, hecho de cartón, que quedaba en posición horizontal. Era redondeado en todo su diámetro menos por delante que formaba un ángulo. El cartón se forraba con una tela y sobre ella se colocaba la valona.
En 1623, Felipe IV, por decreto, obligó a sustituir los cuellos de lechuguilla por la golilla con valona.
El término golilla sufrió (y sigue sufriendo) cierta confusión con los términos gola y goleguilla: en el siglo XVI a los remate de los puños que tenían la forma rizada se les llamó gola o goleguilla, lo mismo que a los cuellos holandeses. También por gola se hacía referencia a una pieza del arnés que cubría el cuello.
La golilla coexistió con el cuello de lechuguilla hasta los años 30.

Hacia 1635. Felipe IV, Diego de Velázquez, Galería Nacional de Londres, Reino Unido (detalle) (imagen obtenida aquí)


 
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Otros enlaces relacionados en este blog:



Bibliografía:

  • Bernis Madrazo, Carmen: Indumentaria española en tiempos de Carlos V. Instituto Diego Velázquez, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (Madrid). 1962.
  • Bernis Madrazo, Carmen: La moda en la España de Felipe II a través del retrato de corte. Alonso Sánchez Coello y el retrato en la corte de Felipe II. VV.AA. Varios autores. Madrid, 1990.  Edita el Museo del Prado.
  • Bernis Madrazo, Carmen: El traje y los tipos sociales en El Quijote. Madrid. El Viso, 2001. (Colección nuevas referencias).