miércoles, 23 de noviembre de 2011

El CUELLO DE LECHUGUILLA


Felipe II, Sofonisba Anguissola, 1565, Museo de Prado, Madrid (detalle) (imagen obtenida aquí)

Para empezar debemos saber que el término cuello, como tal, sólo aparece escrito en los textos a inicios del siglo XVII, y que este vocablo hacía referencia a los cuellos de lechuguilla que lucían los cortesanos.


Dicho cuello de lechuguilla, de origen español, procedió del pequeño reborde (rizado o plegado) que se colocó en los escotes de las camisas y de las gorgueras a mediados del siglo XVI. Estos pequeños adornos fueron aumentando de tamaño y acabaron por independizarse del resto de la prenda. 

Camisa con borde rizado. 1549. Felipe II, Antonio Moro, Galería de Lord Spencer, palacio Althorp, Inglaterra (detalle)

La lechuguilla se confeccionaba con lienzo o tela de holanda, formando unas ondas que la asemejaban a las hojas de la lechuga rizada, se azulaban con unos polvos (no sabemos de qué tipo) carísimos que venían de las colonias de Ultramar, y cuando su tamaño se agrandó, se almidonaba. A cada pliegue se le denominó abanillo o abanico. En cada extremo había unos cordeles trenzados puestos de tal modo que al tirar de ellos se conseguía juntar los abanillos y al soltar se aflojaban.

Por los años 70 la tira se ensancha y se bordea con encajes.

Cuello escarolado unido a la gorguera. 1554. Retrato de una mujer sentada, Antonio Moro, Museo del Prado, Madrid (detalle) (imagen obtenida aquí)

Cuello de lechuguilla con puntas. H. 1578-80, El caballero de la mano en el pecho, Museo del Prado,Madrid (detalle)

En el siglo XVII los abanillos de las mujeres eran más grandes y más abiertos que en el de los hombres. 

Tipos:

a. Cuellos de lechuguillas sencillos (pequeños y sin almidonar). Serían los llamados cuellos escarolados, que también se estilaron en el siglo XVII entre la gente común.

1590. Felipe II, Juan Pantoja de la Cruz, Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, Madrid (detalle)


b. Más complicados: almidonados y abiertos con molde; con los abanillos de una regularidad perfecta. Requería el oficio del abridor de cuello que almidonaba y abría los pliegues con molde de hierro. 

Abanillos apretados, rectilíneos. H. 1620-21. Felipe IV y el enano Soplillo, Rodrigo de Villandrando, ©Museo del Prado, Madrid (detalle)


En los años 90 del siglo XVI la lechuguilla es muy alta por detrás, llegando incluso a sobrepasar la cabeza.

Isabel Clara Eugenia, Juan Pantoja de la Cruz, 1599, Museo del Prado, Madrid (detalle) (Imagen obtenida aquí)

Gorguera/lechuguilla con puntas de randa. Hacia 1615. Isabel de Borbón, anónimo, ©Museo del Prado, Madrid (detalle)

La moda fue imponiendo un aumento del diámetro hasta extremos exagerados, teniendo que utilizarse, por los años 90 del siglo XVI, un alzacuello como soporte: arandela.

El cuello de lechuguilla acabó por desaparecer a mediados del siglo XVII.

Otros enlaces de interés en este blog:
La Gorguera 
Los cuellos en El Greco


Bibliografía:
  • Bernis Madrazo, Carmen: Indumentaria española en tiempos de Carlos V. Instituto Diego Velázquez, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (Madrid). 1962.
  • Bernis Madrazo, Carmen: La moda en la España de Felipe II a través del retrato de corte. Alonso Sánchez Coello y el retrato en la corte de Felipe II. VV.AA. Varios autores. Madrid, 1990.  Edita el Museo del Prado. 
  • Bernis Madrazo, Carmen: El traje y los tipos sociales en El Quijote. Madrid. El Viso, 2001. (Colección nuevas referencias).



miércoles, 16 de noviembre de 2011

LAS TAPADAS

El uso de mantos envolventes que cubrían todo el cuerpo dio lugar a las “tapadas”: mujeres que no dejaban ver su rostro. Esta práctica del siglo XVI perduró hasta finales del XVII.


Siglo XVII. Anónimo, la carrera de San Jerónimo desde el Prado, colección Marquesa de Santa Cruz, Madrid (paseo del prado de Madrid) (detalle)


Pero lo de ocultar el rostro vino de mucho antes, de cuando la mujer usaba las tocas envolventes durante los viajes para protegerse del polvo del camino, las inclemencias del tiempo o del sol (recordemos que hasta hace bien poco la piel blanca era signo de belleza y distinción). O simplemente, para diferenciarse casadas de solteras.

Hacia 1280-85. fol-084V, Cantigas de Santa María de Alfonso X El Sabio, Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, Madrid (detalle)

En el siglo XV se empezó a utilizar la toca de rebozo dentro del ámbito doméstico que, como otro tipo de tocas, cubría la cabeza y el cuello, pero ésta, a su vez, le permitía taparse la boca y la nariz cuando salía a la calle con simplemente subirse la tela por delante.


Toca de rebozo. H. 1490. Nacimiento de la Virgen, Pedro Berruguete, Museo de la Abadía de Monserrat, Barcelona (detalle)

A mediados del siglo XVI se llevó una careta, máscara o un antifaz para ocultar la identidad cuando se viajaba (también la llevaron los hombres).

Antifaz: usado por el hombre y la mujer para viajar. 1601. Viaje  de la emperatriz María desde Praga, Hans van den Beken,  Convento de las Descalzas Reales, Madrid (detalle) (imagen obtenida en la obra de Bernis «El traje y los tiempos sociales en el Quijote»

Paño de rostro o rostro. 1581. Omnium Poene Gentium Habitus by Abraham de Bruyn, Biblioteca Británica, Londres (detalle) (imagen obtenida aquí)

Volante: tejido fino. 1581. Jean-Jacques Boissard, Habitus Variarum Orbis Gentium, Malinas (detalle de una mujer napolitana) (detalle) (imagen obtenida aquí)

Y por esas mismas fechas y como acto de rebeldía, para ir en contra de las buenas costumbres, algunas damas utilizaron el manto o el mantillo para caminar libremente por las calles sin ser reconocidas, imitando a las tapadas de medio ojo (mujeres con fama de busconas que se cubrían con el manto de pies a cabeza dejando solo visible el ojo izquierdo).   

1590. De gli habiti antichi, et moderni di diuerse parti del mondo libri dve, fatti da Cesare Vecellio, & con discorsi da lui dichiarati. Con privilegio... (Venetia: Presso Damian Zenaro), Cesare Vecellio


Su uso fue prohibido en 1590, en 1600, en 1633 y 1770, especialmente por los equívocos, pues las prostitutas solían pasear ocultas en su manto, y se dice que más de un padre o un hermano hizo requiebros (deshonestos) a una hija o una hermana.

He aquí una petición para su prohibición en 1586:

“Ha venido a tal estremo el uso de andar tapadas las mujeres que dello han resultado grandes ofensas de Dios y notable daño de la República, a causa de que en aquella forma no conoce el padre a la hija ni el marido a la mujer ni el hermano a la hermana, y tienen la libertad, tiempo y lugar a su voluntad y dan ocasion a que los hombres se atrevan a la hija o mujer del más principal como a la del más vil y bajo. Lo que no sería si diesen lugar, yendo descubiertas, a que la luz discirniese las unas de las otras, porque entonces cada una presumiría ser y sería de todos diferentemente tratada, y que se viesen diferentes obras en las unas que en las otras. Demás de lo cual se escusarían grandes maldades y sacrilegios que los hombres vestidos como mujeres y tapados sin poder con ser conocidos han hecho y hacen, y, finalmente se evitarían tanto número de pecados hechos por este mal uso, que respeto de ellos no son de consideración algunas buenas obras que señoras y mujeres honradas hacen tapadas, ni la comodidad que esto les es de hacer. Para que se deje de remediar un daño tan universal y evidente, pues conforme a razón y derecho se debe proveer a lo más general, aunque por ello cesen algunos bienes, y por que esto tenga remedio como conviene al servicio de Dios y bien destos Reinos, suplicamos a Vuestra Majestad mande que ninguna mujer ande tapada, debajo de la pena por la forma que pareciere ser más conveniente para que esta ocasión de tanto daño cese”.

Enlace de interesantes en este blog:

Bibliografía:
  • Bernis Madrazo, Carmen: El traje y los tipos sociales en el Quijote. Madrid: Visor, 2001.
  • Cruz Rodríguez, Juan de la: Las tapadas en Canarias. Correspondencia con la Península Ibérica y América. Conferencia internacional de colecciones y museos de indumentaria, Madrid. 1993.
  • Hernández Pérez, María Victoria: 50 años de la tapada con manto y saya: indumentaria tradicional de los Llanos de Aridane. Revista digital Bienmesabe, 225. 2008.
  • León Pinelo, Antonio de: Velos antiguos y modernos en los rostros de la mujeres: sus conveniencias y daños. Ilustración de la Real Prematica de las Tapadas. Edición de Juan Sanchez Figaredo. 1641.
  • Las tapadas de Vejer.
  • Seco, Irene “Por tu capricho te pusiste el manto” Las cobijadas de Vejer en el Museo del Traje.


    miércoles, 2 de noviembre de 2011

    FAUVISTAS MEDIEVALES: EL COLOR EN EL ROMÁNICO.

    ¿QUIÉN DIJO QUE LA EDAD MEDIA FUE OSCURA?
       
    París. 1905. El color puro toma protagonismo. El uso de colores vivos o brillantes, directamente del tubo al lienzo, creando figuras planas bordeadas por líneas negras no deja indiferente a sus coetáneos. Henri Matisse será el guía. 

    Y eso mismo debió ocurrir unos ocho siglos antes, y durante dos más, cuando los pintores románicos utilizaron el color para dar fuerza a sus obras. Así lo podemos admirar en algunos frescos, y así lo podríamos admirar de no haber sufrido las eventualidades del tiempo en los interiores, las porticadas o en los capiteles de las iglesias. Y nos podemos hacer una idea más o menos aproximada de cómo el hombre medieval se enriqueció sensorialmente, además de mover el espíritu

    Y no habría un Matisse, habría decenas de ellos.

    Y gracias a esos colores podemos saber cuáles eran los que usaban los hombres y las mujeres medievales en sus ropajes.

    siglo XI. Panteón real de San Isidoro de León, León (detalle) (Imagen obtenida aquí)

      Mediados del XII. La Anunciación.  ©Museo Nacional de Arte de Cataluña, Barcelona (procedente de San Pedro de Sorpe, Lérida) (detalle)

     Siglo XII. Pórtico del Paraíso, Catedral de Orense (imagen obtenida en wikipedia)

    Segunda mitad del siglo XII. Cenotafio de los santos mártires Vicente, Sabina y Cristeta. Iglesia de San Vicente, Ávila.

    Siglo XIII. Frontal del altar Mosol, Museo Nacional de Arte de Cataluña, Barcelona, España (detalle)