lunes, 19 de marzo de 2012

LA LITERATURA Y LA PINTURA DE LA MANO

Alonso Mateo-Sagasta, en una de sus novelas (Ladrones de Tinta), sabe sacar buen partido a la pintura. Y lo aplaudo.


“…se podía contemplar además a la gente que acudía al paseo a ver y dejarse ver. Tal como había supuesto, la fuente del Prado estaba atiborrada de aguadores, dos de los cuales parecían discutir antes de empezar a darse de puñadas. La causa podía ser una mujer que, de rodillas, señalaba alternativamente al cielo y aun cántaro roto. Entre los presentes había gente de toda condición; esportilleros cargados y con prisa o de vacío y acosadores, parejas de sacerdotes, viejas con la cara descubierta acompañando a otras con el mantón sobre la cabeza pinzado sobre la cara ocultando sus rostros y exponiendo un solo ojo  dispuesto a comerse el mundo, galanes, lindos, caballeros con o sin caballo, aristócratas, escribanos, rufianes, trileros, ciegos, tullidos, soldados y coches, muchos coches que doblaban justo delante de mí para adentrarse en la fresca alameda del Prado de San Jerónimo.” 



Anónimo, La carrera de San Jerónimo desde el Paseo del Prado, siglo XVII, colección particular

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