Siglo XVII. El Manzanares durante la fiesta de San Juan, escuela española, colección particular, Madrid
Virgen de Pilar la entrada del virrey de Aragón Juan José de Austria. Anónimo aragonés, 1669, colección particular
Baños en el Manzanares en el paraje del Molino Quemado (sería frente a la Casa de Campo, en el Camino del Pardo), Félix Castello, principios del siglo XVII, Museo de la Historia, Madrid (imagen obtenida aquí)
H. 1660. Vista de Sevilla, anónimo, Hospital de los Venerables, Sevilla (detalle)
En estos cuadros costumbristas vemos que tanto hombres como mujeres
acudían al río durante las fiestas veraniegas para disfrutar, sin tapujos, de sus aguas. Algunos bañistas lo
hacían con la camisa puesta y otros no dudaban en quitarse las prendas que les
estorbaban para darse un buen chapuzón. Los baños nocturnos
también eran habituales, desde que se ponía el sol hasta no más tarde de las
once...
Los escritores de la época recogen esta costumbre. Por ejemplo,
Francisco de Quevedo en uno de sus romances satiriza al río madrileño como
sigue:
Descubre Manzanares secretos de los que en él se
bañan
Manzanares, Manzanares,
arroyo aprendiz de río,
tú que gozas, tú que ves
en verano y en estío
las viejas en cueros muertos,
las mozas en cueros vivos.
Luis Vélez de Guevara, en El diablo Cojuelo (1641), escribía:
“Daban en
Madrid, por los fines de julio, las once de la noche en punto, hora menguada
para las calles y, por faltar la luna, jurisdicción y término redondo de todo
requiebro lechuzo y patarata de la muerte. El Prado boqueaba coches en la
última jornada de su paseo, y en los baños de Manzanares los Adanes y las Evas
de la Corte, fregados más de la arena que limpios del agua, decían el «Ite rio
est»;…”
Jerónimo de Barrionuevo en sus Avisos del 31 de julio de 1655
comentaba:
“Domingo día
de Santiago fue apacible y templado, de mar a mar el río de coches y de hombres
y mujeres en pelota, medio vestidos y desnudos, que con la diversidad
entretenían… ”.
Mojiganga de lo que pasa en el río de Madrid en el mes de julio
“Este es el día del juicio
sin duda, puesto que veo
a tantos en cueros vivos”.
sin duda, puesto que veo
a tantos en cueros vivos”.
Y los visitantes extranjeros se sorprendían de la "Movida madrileña". Para muestra El diario del viaje del Cardenal Francesco Barberini, en 1626, que escribió Cassiano
del Pozzo, donde podemos leer (y sonreír):
“…en cada fiesta el
Diablo quiere su propio altar, y así, si por una parte se desarrollan
adecuadamente tal y como apenas [se ha descrito], por otra el desorden no es
poco ya que, por el calor que trae la estación y por hacerse la vigilia en esta
noche [23 de junio], gran parte de la ciudad y sobre todo las mujeres, va a
aquel río Manzanares, al puente Segobiano, y allí gentes del populacho, tanto
hombres como mujeres, se lavan entremezclados con poco recato para el
servicio del alma. Aquellos otros de [mejor] condición pasan la velada yendo de
arriba abajo, así como entrando con las carrozas en el río para gozar de las
locuras de estos [primeros]. Acostumbran la mayoría de las mujeres a acudir
aquí esta noche y al amanecer [aparecen] desgreñadas, adornando las carrozas y
los caballos con vegetación y flores, que en definitiva parece una
arcadia, el Siglo de Oro respecto de la libertad y de la poca vergüenza. Entre
estas [mujeres] se ve también a gentiles damas que con el pretexto de creer que
el fresco de aquella noche les hará bellas sus cabelleras y se las
mantendrá, descienden de sus carrozas y con el acompañamiento adecuado
despeinadas caminan paseando y pavoneándose."
Y,
"Ma
come che diceva il Principe di Pollonia nel passare, che fece l’anno
passato per Roma in proposito dell feste ( 24 Giugno, S.Re.Gio.Battista ) e del
baccano che haveva visto qualche volta farvici, che ogni festa il diavolo ci
voleva il suo altare, così in questo se per una parte si fà bene como sopra da
altra ‘l scomponimento non è poco perché con occasione del caldo, che porta la
stagione, del vegliarsi detta notte, gran parte della città, e massime donne
vanno a quel rio Manzanares, al ponte Segobiano, e quivi di gente bassa
huomini, e donna alla confusa si lavano con poc’acquisto per servitio
dell’anima, gli altri poi di conditione se la passano in andar sù e giù, e
entrar con le carrozze nel fiume, e goder di vista le pazzie altrui, usano gran
parte della donne andar detta notte, e al far del giorno scapigliate
accomodando le carrozze e cavalli con verdura, e fiori, e in somma pare
un’arcadia, el secol d’oro in riguardo della libertà, e della poca notitia
della vergogna".
Il diario del viaggio in Spagna del Cardinale Francesco
Barberini, scritto da Cassiano del Pozzo, 1626.
Bibliografía:
- Anselmi, Alessandra: El diario del viaje a España del Cardenal Francesco Barberini escrito por Cassiano del Pozzo, 1926. Doce Calles S.L. 2004
- Díez Borque, José Mª., (ed.), Jerónimo de Barrionuevo, Avisos del Madrid de los Austrias y otras noticias., Madrid, editorial Castalia, 1996.
- Luján, Néstor, Madrid de los últimos Austrias, Editores: Madrid: ONCE, Centro Bibliográfico y Cultural, 1993.
- Pozuelo, José Mª, Antología poética, Francisco de Quevedo. Ediciones B, Libros Clásicos, 1989.
- Suárez de Deza, Vicente, Mojiganga de lo que pasa en el río de Madrid en el mes de julio, Teatro breve (II). Edición crítica de Esther Borrego Gutiérrez, Kassel, Reichenberger, 2000
- Vélez de Guevara, Luis, El diablo Cojuelo, Edición Ángel R. Fernández, Clásicos Castalia.
Qué delicia ver esas imágenes ahora, con este calor...:-) Buena recopilación de imágenes y textos, Consuelo. Gracias por compartirlos.
ResponderEliminarUn abrazo,
Patricia
Gracias a ti, Patricia ;.)
EliminarUn detalle más sobre la mentalidad de la España del Siglo de Oro. Tan alejada de lo que siempre hemos creído.
Un fuerte abrazo
Consuelo
¡Qué arte! Desnudémonos todos.
ResponderEliminarSi no te importa yo me quedo en camisa. ¡Me puedo resfriar! :-P
EliminarCOMO DESARROLLAR INTELIGENCIA ESPIRITUAL
ResponderEliminarEN LA CONDUCCION DIARIA
Cada señalización luminosa es un acto de conciencia.
Ejemplo:
Ceder el paso a un peatón.
Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.
Poner un intermitente.
Cada vez que cedes el paso a un peatón
o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.
Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.
Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.
Atentamente:
Joaquin Gorreta 55 años
Nunca me hubiera imagina a la gente del barroco bañarse en pelota picada. Y menos hombres y mujeres juntos. ¡Gracias por esta información tan curiosa!
ResponderEliminar¡Un abrazo enorme!
¡Mira! la expresión picada no sé de dónde viene.
EliminarSí, nuestros antepasados sabían divertirse. El pudor era para otros momentos.
Otro abrazo
Al menos también durante la Edad Media, en las zonas habiltadas para baños curativos, los que se metían en las aguas, o bien lo hacían en pelota picada o cubiertos con camisa ligera, Todo lo más, se habían construído unas estructuras de madera con techado para no sé bien, si evitar que fuera tan diáfana la vista o protegerles del sol durante el largo tiempo en que allí permanecían... o para ambas cosas. Pero en este caso de los baños del Manzanares ya era por puro disfrute; no obstante, a pesar de que el pequeño río es y era poco favorable para meterse más allá de la cintura, salvo algún tramo, lo que trae como consecuencia que la temperatura del mismo, sea algo templada. Que diferencia de cuando se mete uno en la Pedriza o más arriba, donde nace, ya que, además de sentir el frescor, uno puede beber allí mismo, de sus aguas.
ResponderEliminar¡Que estupendo que se haya revitalizado esta entrada! ¡Genial! Leyendo los relatos, me quedo pensando en si las gentes de más alcurnia, solían ir más al norte del entonces Alcázar, que podían con las carrozas y las gentes más sencillas, al Puente de Segovia, que más cerca lo tenían, salida algo más lógica del Madrid de entonces.
¡Saludos!
Gracias, Kinn. Aprendemos contigo. :-)
EliminarSeguramente tendrían sus zonas acotadas.
Saludos también :-)