San Antonio Abad y San Cristóbal, anónimo, escuela sevillana, Museo de
Bellas Artes de Sevilla, hacia 1478-80
Nuestro Cerdo
Ibérico. En mayúsculas.
San Antonio
Abad sabe a quién bendecir. El autor de este retablo también sabe a quién
homenajear. No importa su tamaño. Es Cerdo. Es Ibérico. Es Nuestro. No hay
dudas.
Ya en el
siglo XII el cerdo y San Antonio irán de la mano. El animal agradecido porque
el santo lo sana de una ceguera. El santo porque de él obtiene un medicamento
para sanar el ergotismo.
El cerdo,
correteando libremente por las calles de los pueblos, con su campanilla al
cuello o en la oreja, será alimentado con los desperdicios que producen todos
sus habitantes. El cerdo a su vez alimentará a los enfermos. El santo lo quiere
así; para sus hospitales.
Entre las
clases populares su consumo será elevado. De él se obtenían la manteca y el
tocino. Ah, y el jamón.
San Antonio Abad, Juan Reixach, h. 1450-60, subastas
San Antonio Abad, Miguel Jiménez, h. 1490-1500, iglesia de San Miguel y
Santiago el Mayor, Luna, Zaragoza
S. Antonio Abad, Maestro San Nicolás, finales XV, subasta
S. Antón, seguidor de Fernando Gallego, s. XVI, subasta
Por 1498 una
premática prohíbe que estos circulen a sus anchas a ciertas horas del día. Y
como fue habitual en España las leyes estaban para incumplirlas.
En el Renacimiento, quién no lo consumiera
era sospechoso de judaizante o morisco.
El Bosco, Las tentaciones de San Antonio Abad, hacia 1490. Museo del
Prado, Madrid
San Antonio Abad, Vicente Macip, segunda década del siglo XVI, Academia
de San Carlos, Valencia
San Antonio Abad, Anónimo, Siglo XVI, Museo Diocesano de
Barbastro-Monzón, Huesca
Durante el
siglo XVII nuevas ordenanzas al respecto siguen sin surtir efecto. A inicios
del siglo XVIII muchas ciudades europeas tenían fama de sucias e insalubres. Ya
se sabe que dejar ganado suelto lleva a estas situaciones. Deambulan gallinas,
vacas y piaras de cerdos.
Fray Juan Bautista Maíno, San Antonio Abad, 1612 - 1614, Museo del
Prado, Madrid
San Antonio Abad, Francisco Rizi, hacia 1665, Museo del Prado,
Madrid
Hoy también corretean, cogidos de una cadena colgada a un bonito collar, los cerditos enanos vietnamitas.Primos hermanos.
ResponderEliminarExacto.
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