jueves, 10 de abril de 2014

Visitando a La dama del armiño en Toledo

Ya la conocía. Un viaje a Edimburgo; una mañana en la Galería Nacional; una exposición sobre pintura española. Y la dama estaba allí. Por aquel entonces, agosto de 2009, solo me interesaba su belleza.


El lunes pasado (aniversario del fallecimiento de El Greco), cuando entré en Santa Cruz, Toledo, iba más segura. Dispuesta a saludarla como se saluda a una vieja amiga. Dispuesta a entenderla mejor, pero sabiendo que ella estaba allí por error. 


Una vez frente a ella no pude evitar una mueca de disgusto. Ese no era su lugar, entre dos caballeros, mejor habrías estado sola en una pared. Y mucho menos tras un cristal que transformaba el lienzo en un cartel. 

Luego le dije: "tú fuiste hija de reyes y mujer de duque, pero sobre todo fuiste mujer hogareña; años tras año preñada. En el día a día, vestías con corpiño y vasquiña. Con toca de mujer casada cuando bien te deba la gana; en los días fríos, seguro.
Y eras amiga de tus amigas, como tu entrañable Sofonisba. Creciste a los ojos de ella. Y ella quiso plasmar tu belleza, tu piel picada por la viruela, con la belleza que posee toda mujer que sabe amar."

Así que me reafirmé en que ella no pertenecía a El Greco.
Así que decidí hacer esta entrada, pero esta vez destacando la evolución del peinado. 
Y mientras, podemos ir fijándonos en los labios:


El cabello se lleva ensortijado con los dos arcos que convergen en ángulo sobre la frente, de moda en los años 70.
Hacia los años 70.  Catalina Micaela, atribuido a Alonso Sánchez Coello, subasta (detalle)

El cabello se lleva ensortijado con los dos arcos menos marcados.
Hacia 1575.  Catalina Micaela, Alonso Sánchez Coello, Museo del Prado (detalle)

Cabello ensortijado, muy voluminoso en los laterales.
H. 1585, Roland de Moys, subasta (detalle)


El cabello está ya completamente ensortijado. Ya no se estilan los dos arcos
H. 1585  Catalina Micaela, Sofonisba Anguissola, Museo del Prado (detalle)


Pero también a mediados de los años 80 el cabello empieza a levantarse para formar los copetes, tanto el de la frente como el copete posterior. Aquí todavía está el cabello ahuecado. 
Catalina Micaela, 1585, Alonso Sánchez Coello, The Hermitage, San Petersburgo (detalle)


Se eleva el copete desde la frente, esto comienza a inicios de los años 90 y alcanza su máxima altura a principios del siglo XVII; el cabello deja de estar ahuecado a los lados (el rostro quedaba así más estilizado). 
H. 1591 Sofonisba Anguissola, Dama con toca (o ¿Catalina Micaela?), colección particular

Copete de pelo elevado desde la frente.
H. 1590. La dama del armiño, Sofonisba Anguissola, Sir Willian Stirling-Maxell Collection, Glasgow Museum, Escocia (detalle)

Copete muy alto.
H. 1597. Catalina Micaela (detalle)


Enlaces relacionados en este blog:
El Greco y La dama del armiño: cien años de polémica
El peinado en el siglo XVI y XVII

12 comentarios:

  1. Muy interesante entrada. Coincido absolutamente con la autora en que la obra NO es del Greco y que todas estas polémicas sobre su atribución parecen haber sido creadas con fines meramente propagandísticos y mercantilistas. En cualquier caso, la visita al Museo de Santa Cruz para ver la exposición es altamente recomendable. ¿quizás podria explicar en otra entrada las joyas que se ven en estos cuadros?
    FdeH

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Ay, joyas! Sí, me tengo que poner a ello. Lo sé. Dame tiempo. O que se alarguen los días.
      CdeV

      Eliminar
  2. Maravillosa entrada! y además consigues que el cuadro trascienda más allá de su indudable belleza con un toque personal y con esta fantástica biografía pintada de aquella gran dama.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Bonifacio.
      Le tengo especial cariño a este cuadro. O a Catalina Micaela y a su hermana.

      Eliminar
  3. Esos detalles explicados muy lindos y la prosopografía de Catalina muy inteligente.
    ¿por qué los labios? No me preguntes el motivo pero me he fijado en la nariz, algunos de los pintores le han pasado en Photoshop.

    Es cierto, hay hipótesis sobre la autoría del pintor y también sobre la identidad de la modelo. ¿O al final ya se sabe a ciencia cierta?



    Muchas gracias,
    Un abrazo y tu cafelito.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estuve a punto de decir que la nariz también era digna de ser observada. Y sí, en aquellos años también se mejoraba el aspecto del retratado. :-D

      Los labios son casi calcados. Sinuosos y más o menos carnosos.

      No se sabe la autoría ni quien es ella. El museo escocés no dejará perder su Greco.

      Café primaveral y con "relaxing"... a ver si paro un día de estos.

      Eliminar
  4. Mejor; las preguntas sin respuestas. Sólo esa dubitativa belleza sin nada detrás.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hasta las preguntas no formuladas tienen respuesta. Miremos detrás. Sí.

      Eliminar
  5. El cuadro no pertenece a la coleccion Burrell.... Esta en la coleccion de Pollok House desde 1853 cuando Sir Willian Stirling Maxwell compro el cuadro de la ventas de la galleria Española de Luis Felipe del Louvre.... :(

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Uy, no entiendo por qué puse Burrel. Gracias por indicarlo.

      Eliminar
  6. Gracias por una explicación muy interesante. Podía Ud. por favor darme más informaciones sobre la locación del dipinto indicado en la foto titulada "Copete muy alto"? Estoy buscando imágenes de las consortes de los virreyes en Nápoles, y este imagen podía ser de gran ayudo a mis estudios. Gracias e complementos! Sheila en Florencia

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Parece ser que ese cuadro está en el Trafalgar Galleries de Londres. Un saludo.

      Eliminar

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...