miércoles, 22 de noviembre de 2017

MUJER SOLDADO

Imagen obtenida aquí

Romancero general
En una aldea de corte

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En una aldea de corte
Que hace de á la corte aldea
Alojóse un capitán
Mas de paz que no de guerra;
Y si de alguna podía,
La guerra de amores era,
Que era el extremo de gala
Que tuvo la soldadesca.
No hizo oficio de huésped,
Ni salió como debiera ,
Pues de la casa del suyo
Se llevó la mejor prenda.
No semejante al troyano,
Que robó por fuerza a Elena;
Que ella se fué de su gusto
Si sabello dar no es fuerza,
Una villana graciosa,
Del huésped hija doncella,
Enamorada de verle
Las borlas de la gineta,
Y las plumas de un sombrero
Pajizas, blancas y negras,
Con una cifra de plata,
Medalla de la roseta:
Como es propio de mujeres
Dejarse llevar sin rienda,
Enamoradas de plumas,
Que es aire de su veleta.
Concertaron una noche
Que por una falsa puerta
Saliese al cuerpo de guardia
A dar el suyo sin ella.
Vestida en hábito de hombre
vizarro calzón y media.
Que por lo que de él sabia.
[....]
La villana de las borlas
Con la medalla de plata,
Que se fue con el soldado
Enamorada de lanzas,
Ha vuelto ya de la guerra
Con las armas destrozadas,
Y de las muchas heridas
Viene rota, y maltratada:
El sombrero trae frances,
Vuelta la copa á la falda,
Con una pluma de gallo
A la valona terciada.
Por roseta un mondadientes.
Y por toquilla una banda:
Una saltambarca rota,
De puro saltar en barca,
Y de la brea y resina
No poco sacia la saya,  
Que quien anda por galera
Ha de limpiar muchas tablas.
Una camisa de angeo
Y un alzacuello de palma
Una gorguera de puntas
Almidonada con grasa
Gran copia de tabladeras,
Que las más de ellas se rasgan
Despojo de la victoria,
Cautivo de las hilachas.
Un zapato alpargatado
Sin cairel, labor ni gala
Porque era fino alpargate
Teñido en sangre de vaca.
Solía traer botines;
Pero ya de puro cansada
Juró de no los traer
Hasta la vuelta de Francia.
Pudiera ponerse ligas
Pero faltaban las calzas,
Y por ahorrar de sobras,
Empeñolas por las faltas.
Las faldas de la camisa
Bien se puede llamar falda,
Que son de sarga vieja
Toda pintada de urracas.
 [....]

Romancero general
En su aldea una serrana

[....] 
Que en la guerra de españoles
todo es ira, todo es veras,
todo es vencer rebelados,
y todo velar trincheras,
Esto contaba mi tío,
que fue Sargento de Cuenca,
de los de puñal dorado,
y en la gorra pluma y perlas,
No me llamen remadora,
ni a mi cara blanca y fresca,
si yo no te fuere a ver,
mi soldado, aunque quieras.
En la tierra y en el mar
quiero, amigo, que se sepa
lo que mi amor ha podido,
y lo que pudo tu ausencia.
Esto dijo Ia  Serrana,
y como partir se piensa,
trocó por unos urracos,
el capillo, y albanega,
Toca de gasa se puso,
lechuguilla y arandela,
y en el capote rizado
claveles de la joyera,
Iba en mangas de camisa
y encima de la muñeca,
encajes almidonados,
porque la mano blanquean,
En lugar de sus sartales,
 pajiza banda se cuelga,
enfaldase sus vasquiñas
quizá por mostrar las medias
que eran de azul granadino
con alpargates de seda
verde, porque no de paso
sin causas del bien que espera,
Un sombrero boleado
con un cintillo de perlas,
que se las tiró su amigo,
 y aun la derribo con ellas.
Asi marcha la Serrana
al paso que amor la lleva...
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