ALMILLA.
Documentado por primera vez en los años veinte del siglo XVI.
Prenda semiinterior o exterior muy escotada con mangas. Se colocaba sobre la camisa, aunque también podía ir directamente sobre la piel.
Es posible que la almilla se originara del jubón de armar (prenda que el soldado vestía bajo el arnés) ya que tenían la misma forma, y que más tarde se acortaran las mangas. De ahí que también a la almilla se le llamara jubón.
Tejidos: bayeta, grana, frisa, felpa. Las almillas que hacían la función de jubón de armar eran de seda o lienzo.
Se podía forrar.
En el siglo XVII y XVIII fue una prenda exterior usada por hombres y mujeres. Era hueca y corta, sin botones, que se ajusta al cuerpo por medio de cordones y ojales (similar a un corpezuelo o corpiño). Tenía mangas largas muy ajustadas; a la altura de la cintura llevaba aldetas.
Esta prenda pasó a ser usada en los trajes regionales, sin mangas, con o sin faldetas, y con cordones (armilla).
En el siglo XIX hace referencia a una camisa de dormir de mujer.
Bibliografía:
Guerrero, Ana y López, Américo: Traje maragato. Museo de Traje.
Herrero, Miguel (2014). Estudios sobre indumentaria española. Madrid: Centro de Estudios Europa Hispánica.
La Almilla, Armador y el Chaleco.
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