Desde hace algunos años empecé a mirar con
detenimiento entomológico (¿será deformación profesional?) las obras pictóricas
de ayer y de hoy.
Gracias al ordenador (como lupa binocular) se
puede agrandar determinadas zonas. Con paciencia voy descubriendo
detalles que a simple vista se nos suelen escapar.
He aquí un ejemplo de mi curiosidad
entomológica: las perforaciones en las orejas, o como hoy decimos, el «piercing».
María de Portugal, Antonio Moro, h. 1550, Pinacoteca Stuard, Parma,
Italia
La emperatriz María de Austria, esposa de Maximiliano II, Antonio Moro,
1551, Museo del Prado, Madrid (detalle)
Juana de Portugal o Juana de Austria (o Habsburgo), Rolán Moys, 1557,
Kunsthistorisches Museum, Viena
La dama del abanico, Alonso Sánchez Coello, hacia 1575-80, Museo del
Prado, Madrid
Retrato de dama, Juan Pantoja de la Cruz, segunda mitad del XVI, Museo del Prado, Madrid
Infanta Isabel Clara Eugenia, Juan Pantoja de la Cruz, 1598-99, Museo del Prado,
Madrid (imagen obtenida aquí)
Especulaciones: adorno de coral -
cordoncillo de oro- bolita de vidrio con hilo de oro.
1602. Estatua orante de doña Catalina de la Cerda, duquesa de Lerma, Juan de Arfe, Museo Nacional de Escultura, Valladolid (detalle)
Tres ejemplos
italianos:
María de Medici, Santi di Tito, h.1590, Museo dell'Opificio delle Pietre
Dure, Florencia
María de Medici, escuela de Santi di Tito, ff. del XVI.
Retrato de dama, Alessandro Allori, 1570, colección particular (imagen obtenida aquí)
El uso de
los pendientes durante la Edad Media es casi nulo, ya
que los tocados y el peinado de moda solían tapar las orejas. Durante el siglo
XVI, en concreto en Italia, reaparecen, porque los nuevos peinados dejan bien
visibles las orejas. La mujer europea retoma entonces la costumbre de
adornárselas.
El
ponerse más de un arete supone para mí un interrogante. Seguro
que se los colocaban por algún motivo que por el momento desconozco, aparte de usar más de un aro para sujetar los pendientes más pesados (esta teoría toma más fuerza como la única posible a medida que siguen mis investigaciones). Rebuscando
por libros especializados no he podido encontrar nada al respecto. El único libro que habla de esto no nos aporta información. En cambio, por Internet, he podido leer que durante el siglo XVII (luego ¿vendría de
antes?) era costumbre ponerse una tira de metal en la oreja por sus propiedades
terapéuticas. Y llevarlo en lado izquierdo protegía del demonio (superstición
legendaria).
Bibliografía:
- Orsi Landini, Roberta; Niccoli, Bruna: Moda a Firenze, 1540-1580: Lo stile di Eleonara di Toledo e la sua influenza. Vecellio, 1990.
Curioso lo de la tira con propiedades terapéuticas. Me gusta mucho poder comprobar lo explicado a través de los detalles de cuadros.
ResponderEliminarDe todos modos carezco de bibliografía fiable para dar como bueno lo de las propiedades terapéuticas. Habrá que seguir indagando.
ResponderEliminarSu pongo que por influencia de los indígenas americanos ellos lo usaban tanto hombres como mujeres ,tengo entendido que todas las perlas eran transportadas de América a Europa pero la mayoría no alcanzaba a llegar a España sino a Inglaterra
ResponderEliminarSupongo. Tampoco hay que desdeñar la influencia musulmana.
EliminarGracias por tu comentario.
Genial este post sobre los "piercing". Genial Consuelo.
ResponderEliminarSaludos.
Julio Amigo
Gracias Julico,
EliminarY como me gustaría seguir encontrando más imágenes. Y saber más, claro.
Besos
Muy interesante. Soy una apasionada de la moda de esta epoca y es la primera referencia que leo sobre esta costumbre. Una duda,¿cómo haces para agrandar imagenes sin perder calidad ni definicion? ¿ Usas algun programa especifico? Muchas gracias
ResponderEliminarGracias a ti por comentar.
EliminarTodas las imágenes están encontradas en Internet. Las que tienen buena resolución me permiten hacer buenos encuadres.
Por ejemplo, en el Museo del Prado tienen digitalizados los cuadros con excelente resolución.
Yo tampoco encuentro documentación al respecto, pero quise pensar que dada la importancia del vestido en el siglo XVI como manifestación categórica de riqueza, tratado como inversión económica y carta de presentación familiar ante la sociedad, así como revestían los trajes de oro, plata y piedras preciosas, las joyas tipo pendientes y anillos completaban esa ostentación, era un lugar más donde poder exhibir el poder. Pero es pura especulación, buscando alguna respuesta válida.
ResponderEliminarNo me parece nada descabellada esa posibilidad.
EliminarGracias, Mónica, por tu comentario.
encantada haber descubierto este blog y detalles que no note antes ! compliments de France
ResponderEliminarMuchísimas gracias.
EliminarUn saludo cordial.
Como siempre muy interesante, gracias.
ResponderEliminarGracias a ti.
EliminarEstaba todo inventado ! Y yo riñendo a mi hija por sus piercings ..... Me han encantado las fotos de detalles.
ResponderEliminarYo soy muy fan de los piercing en las orejas. Pero sólo ahí.
EliminarJoé, y yo me creía moderno...
ResponderEliminarBueno, es que un piercing quedaba bien hasta en 1550!!