jueves, 20 de septiembre de 2012

LA CAMISA de HOMBRE

La camisa desde la Edad Media hasta el siglo XVII.
Este vocablo hizo referencia exclusiva a una prenda interior. 
Hubo dos tipos: 

1. Amplia y que llegaba hasta las rodillas, con mangas muy ajustadas desde el codo hasta la muñeca. El escote se hacía en redondo con una abertura central. A la "falda" se le añadía a los costados dos piezas triangulares para darle más vuelo.

Cantigas de Santa María de Alfonso X el Sabio, hacia 1280-85, Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, Madrid (detalle)

2. Corta y muy ajustada, llamada camisa a cuerda. Era confeccionada con una larga abertura, bien en un costado o bien en la espalda; se cerraba mediante cuerdas. Era más corta que la camisa holgada.

Personaje de la izquierda con camisa sin mangas, confeccionada a modo de pellote. Personaje de la derecha con camisa a cuerda. Principios del XIII. Artesonado mudéjar catalán, © Museo Nacional de Arte de Cataluña, Barcelona (detalle)

Hacia 1280-85. Cantigas de Santa María de Alfonso X el Sabio, Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, Madrid (detalle)

Cantigas de Santa María de Alfonso X el Sabio, hacia 1280-85, Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, Madrid (detalle dibujado de dos luchadores; ver la miniatura en este enlace: http://www.oronoz.com/paginas/leefoto.php?referencia=220747&usuario=)

En el siglo XIV encontramos la camisa morisca que estuvo inspirada, ya desde el siglo anterior, en la ropa mora (ver camisa de mujer). 

En el siglo XV los cuellos de algunos vestidos empiezan a ser bajos. Esto permite que el propio cuello de la camisa, justo a mediados de la centuria, asome por arriba de las prendas de encima. A las guarniciones que se colocaban para embellecerlos se les llamó cabezones labrados. En cuanto a las mangas se solían fruncir a la altura de los puños o se ensanchaban para dejarlas caer a modo de abanico. 


La camisa labrada hace referencia a las camisas bordadas o con ricas labores de pasamanería superpuestas. 


Camisa con el cuello adornado y la boca de la manga abierta en abanico. San Damián, Retablo de la Visitación, 1455- 60, Catedral de Segorbe, Castellón (detalle dibujado del santo, ver el cuadro en este enlace: http://www.jdiezarnal.com/catedraldesegorberetablodelavisitacion01.jpg)

Camisa  y bragas holgadas. 1420-23. Retablo de San Jorge, Gonzalo Peris, Museo Municipal de Jerica, Castellón (detalle) (imagen obtenida de Joanbanjo)


Hacia 1435-1440. Retablo de San Juan, Benardo Martorell, Museo Nacional de Arte de Cataluña, Barcelona (detalle) (imagen obtenida aquí)

Posible camisa abrochada con botones. Martirio de Santa Lucía, Benardo Martorell, hacia 1435-1440, Museo Nacional de Arte de Cataluña, Barcelona (detalle) (imagen obtenida aquí)

Es en este siglo cuando a la camisa se le llamó también alcandora

San Juan Bautista, anónimo, Escuela aragonesa, XV-XVI, mercado del arte (detalle)

 En el siglo XVI la camisa será siempre blanca.

La flagelación, Silvestre de Estanmolín, 1587-89, Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción de Longares, Zaragoza (detalle)

Hacia mediados del siglo XVI, el borde del cuello, que sigue asomando muy ligeramente por encima de la prenda superior, se frunce, se plisa o se riza. Surge entonces el cabezón o cuello en "forma de gorguera” (ver en este enlace el significado de gorguera). Del cabezón colgaban por delante unos cordones llamados trenzas que ayudaban a cerrar el cuello. A mayor número de trenzas más apreciada era la camisa.

Un par de trenzas. La adoración de los pastores, Antonio Lanchares, 1612, Museo del Prado, Madrid (detalle) (imagen obtenida aquí)

Otros cuellos eran colchados, es decir, se ponía lana o algodón entre dos telas. Sobre él se asentaba una pequeña lechuguilla. Perduró hasta inicios del siglo XVII.

Un par de trenzas. La adoración de los pastores, Antonio Lanchares, 1612, Museo del Prado, Madrid (detalle) (imagen obtenida aquí)

La camisa labrada será también usada por gente común y villanos.

En el XVI aparecen los puños como complemento: es un trozo de tela que se une a la boca de la manga y se ajustaba a la muñeca; se podían doblar sobre las mangas (puños vueltos). A los remates de los puños que tenían la forma rizada se les llamó gola o goleguilla. A finales de siglo eran pequeñas lechuguillas que iban a juego con los cuellos de lechuguilla


Caballero con la cruz de Santiago, Rolán Moys, mediados del XVI, subastas (detalle)

Gola. Pedro de Guzman, Roland Moys, hacia 1556, Kunstistorisches Museu, Viena, Austria (detalle)


El Emperador Maximiliano II, Antonio Moro, 1550, Museo del Prado, Madrid (detalle)

Gola con encajes. Infante Felipe, Alonso Sánchez Coello, hacia 1582, Stadtische Gemaldesammlungen, Bamberg, Alemania (detalle)

Caballero, Rodrigo de Villandrando, entre XVI y XVII, subastas (detalle)

Y ya en el siglo XVII la camisa de los hombres es menos rica que las del XVI y tiende a desaparecer los bordados y los labrados.

Camisas labradas, con guarniciones. Aunque el personaje de la derecha muestra las mangas de un jubón teatralizadas que lleva guarniciones nos podemos hacer una idea de cómo serían dichas guarniciones en las camisas de un hombre. La adoración de los Reyes Magos, Luis Tristán, 1620, Museo de Bellas Artes Budapest, Hungría (detalle) (imagen obtenida aquí)

La camisa también se usó para dormir (aunque era habitual hacerlo desnudo): camisónA partir del XVI se va diferenciando la camisa del camisón, siendo este último más amplio, con el cuello más alto y con la "falda" más larga.

Enlaces relacionados en este blog:






Bibliografía:




  • Astor Landete, Marisa: Indumentaria e Imagen- Valencia en los siglos XIV y XV, Valencia.1999.
  • Benito Vidal, María Purificación: La moda en la Valencia del siglo XV. Real Academia valenciana de cultura. 2003.
  • Bernis Madrazo, Carmen: Indumentaria medieval española. Instituto Diego Velázquez, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC, 1956.
  • Bernis Madrazo, Carmen: Trajes y modas en la España de los Reyes Católicos: Los Hombres. Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC 1975.
  • Bernis Madrazo, Carmen: Indumentaria española en tiempos de Carlos V. Madrid: Instituto Diego Velázquez (Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC), 1962.
  • Bernis Madrazo, Carmen: El traje y los tipos sociales en el Quijote. Madrid: Visor, 2001.
  • Descalzo, Amalia: Ajuar de la Infanta María. Departamento de difusión, Museo del Traje, Madrid, 2004.
  • Menéndez Pidal, Gonzalo: La España del siglo XIII: leída en imágenes. Real Academia de la Historia, 1987.
  • Vestiduras ricas: el Monasterio de Las Huelgas y su época, 1170-1340. Revista de la Subdirección General de Museos Estatales. Patrimonio Nacional. Servicio de Publicaciones 1ª ed., 1ª imp. (03/2005).


jueves, 13 de septiembre de 2012

LA CAMISA de MUJER desde la Baja Edad Media hasta principios del siglo XVI (I)

Prenda interior elaborada con una tela ligera (generalmente algodón, lienzo, lino...) y casi siempre con manga larga. Se ponía directamente sobre el cuerpo y encima de ella iba la saya o gonela.
Está documentada ya en el siglo X.
Desde el siglo XII hasta mediados del XIV observamos dos tipos de camisa cuya longitud es variable. En las mujeres llega hasta los tobillos, mientras que en los hombres llega hasta las nalgas o hasta las rodillas:

Dos tipos:

1. Amplia, con mangas muy ajustadas desde el codo hasta la muñeca. El escote se hacía en redondo con una abertura central.


Camisa de Doña Teresa Gil, 1307. Expuesto en el Monasterio de Sacti Spiritus el Real, Toro, Zamora. Imagen obtenida del trabajo de Amalia Descalzo

2. Corta y muy ajustada, llamada Camisa a cuerda o encordada. Se confeccionaba con una larga abertura, bien en un costado o bien en la espalda; se cerraba mediante cuerdas. Cuando la camisa iba bordada con hilos siguiendo costumbre morisca, recibía el nombre de Camisas bordadas o margomadas. Perduró hasta el Renacimiento.
Al ser prenda interior no se podía enseñar, pero las tendencias en moda llevó a mostrar las mangas y el escote, esto contribuyó a que se  adornaran mucho más.


Camisa margomada bajo saya sin mangas, pellote y manto. 1283. Libro de Ajedrez, Dados y Tablas de Alfonso X el  Sabio, Biblioteca del Monasterios de San Lorenzo Escorial, Madrid (detalle)


De las pocas imágenes que hay sobre las camisas de mujer. Ésta, encordada. Cantigas de Alfonso X El Sabio, H. 1280-85, Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, Madrid (detalle)

Las alfayatas se ocupaban de estas labores.


Alfayata. Cantigas de Santa María de Alfonso X el Sabio, hacia 1275, Biblioteca del Monasterios de San Lorenzo Escorial, Madrid

En el siglo XIV la camisa quedará oculta, hasta que a mediados del XV, se vuelve a mostrar. Esta se abre en pico y va bordeando el escote de la prenda superior. 



Camisa abierta en pico. Entre 1438 y 1476. Bodas de Canaán, taller de Blasco de Grañén (1438) y Martín de Soria (1476), Iglesia parroquial del Salvador, Ejea de los Caballeros, Zaragoza (detalle)

Y habrá camisas de escote bajo. Se usó entonces la gorguera, más o menos transparente, para cubrir el escote:


Borde de la camisa negra y gorguera transparente. La visitación, Melchor Alemán (antes conocido como Maestro de los Reyes Católicos), ©Samuel H. Kress Collection, University of Arizona Museum of Art, EEUU (detalle)


Cuando a finales de siglo el escote de los vestidos se confeccionó en cuadrado, asomó más todavía la tela de la camisa y el cabezón se frunció. 




Escote cuadrado, bordeando las prendas superiores según moda anterior a los años noventa. Hacia 1480-88. Bodas de Canaán, Fernando Gallego (detalle) (imagen obtenida aquí)

A partir de los 90 el borde superior de la camisa sube hacia el cuello, alcanzando la base del mismo, dando lugar a los cabezones redondos (ruedo del cuello o borde del escote).

Camisa con “tiras” y escote con cabezón. Hacia 1496. Bodas de Canaán, Maestro de los Reyes Católicos, ©Samuel H. Kress Collection,  Nueva York (detalle)

Camisa "gayada", con escote redondo. Hacia 1500. Isabel la Católica, Juan de Flandes, Palacio Real de Madrid (detalle)


Se colocaron tiras, randas, trenzas, orillas, caireles, puntas (ver definiciones más abajo), todo de origen morisco. Fue una novedad original española que se usaría hasta el Renacimiento e influyó en otros países. 


La Visitación, Melchor Alemán (antes conocido como Maestro de los Reyes Católicos), finales del siglo XV, ©Samuel H. Kress collection, University of Arizona Museum of Art, EEUU (detalle)

Las bocas de mangas y cuellos se abrochaban con cordoncillos, cintillas y botones.

La camisa labrada o camisa morisca hacía referencia a la que iba bordada o con ricas labores de pasamanería superpuestas. Los bordados iban en el cabezón, las mangas e incluso en el cuerpo. 

Camisa morisca decorada con “tiras”, bajo brial sin mangas y con manguitos. 1500. Decapitación de San Juan Bautista, Retablo del Bautista, Maestro de Miraflores, ©Museo del Prado, Madrid (detalle)

La camisa listada o cintada llevaba cintas de diversos colores cosidas a la tela y tenía la boca de las mangas ancha. Las “listas” o “listón” se disponían a lo largo de las mangas y del cuerpo. Perduró hasta el XVII entre cristianas y moras.

Las listas podían ser “escacadas” o “a escaque”, es decir, ajedrezadas.

Manga de camisa listada, es decir, con listas o con “a escaques”, de la que se ve la boca de la manga al sobresalir por la abertura longitudinal de la "manga cosediza" del brial. Hacia 1470-1480. El festín de Herodes, Pedro García de Benabarre, ©Museo Nacional de Arte de Cataluña, Barcelona (detalle)

La camisa se usaba para dormir (aunque también se dormía desnudo; generalmente la gente modesta). Se le podía llamar camisón y con el paso de los años se va diferenciando de las camisas de diario siendo más amplio, con el cuello más alto y mucho más largo de falda.

Nacimiento de la Virgen, Maestro de Velilla de Jiloca, Iglesia de San Juan Bautista, hacia 1430-60, Velilla de Jiloca, Zaragoza (detalle) (imagen obtenida de aquí)

Primera mitad XV. Nacimiento de San Juan Bautista,  Bernat Martorell, retablo de los Santos Juanes de Vinaixa, Museo Nacional de Arte de Cataluña, Barcelona (detalle) (imagen obtenida aquí)


Camisa o camisón con mangas muy amplias. 1480. Nacimiento de la Virgen, Fernando Gallego, iglesia de Santa María la Mayor, Trujillo, Cáceres (detalle) (Imagen de Fernando Mediavilla)

Nacimiento de San Juan Bautista, anónimo, finales del XV,  Monasterio de Santa María de El Paular, Madrid (detalle) (imagen obtenida aquí)


Nacimiento de San Juan Bautista, Retablo de San Juan Bautista, Domingo Ram, h.1480-90, ©The Metropolitan Museum of Art, Nueva York, EEUU (detalle)

Algunos autores consideran que el camisón hacía referencia al  jubón de armar que llevaban los hombres.

Vocabulario:

Cairel: cordón hecho con hilos trenzados.
Gayas: bordadura más numerosas, más juntas y más cortas. Se disponen concretamente en el escote, los hombros y en las bocas de las mangas (ver imagen de Juan de Flandes).
"Listas" o "listón" cintas que se cosía a la tela (ver las dos imágenes de Benabarre) 
"Orillas": serían "listas" que recorrían la manga y el cuerpo de extremo a extremo, siendo seguramente labores de pasamanería.
"Puntas": labor bordada con forma de punta. 

Cabezón de la camisa con puntas. Nacimiento de la Virgen, Juan de Borgoña, Hacia 1509-11, Sala Capitular, Catedral de Toledo (detalle)


Randas: se hacían con hilo de seda y con hilos de oro formando una red (hay autores que indican que estaban hechos con encaje de bolillos y otros con encaje de aguja). 

Clío, alegría de la Historia, José Ribera, h. 1630, Museo del Ermitage, San Petersburgo (detalle) (imagen obtenida aquí)

"Tiras: franjas bordadas que recorrían mangas y cuerpo de extremo a extremo; las camisa labradas con tiras eran las más lujosas (ver imagen de Maestro de Miraflores).

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Otras entradas relacionadas en este blog:

Bibliografía:
  • Astor Landete, Marisa: Indumentaria e Imagen - Valencia en los siglos XIV y XV, Valencia.1999.
  • Bernis, Carmen: Indumentaria femenina española del siglo XV: la camisa de mujer, Archivo Español de Arte, 30, 1957.
  • Bernis Madrazo, Carmen: Indumentaria medieval española. Instituto Diego Velázquez, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC, 1956.
  • Bernis Madrazo, Carmen: Trajes y modas en la España de los Reyes Católicos: Los Hombres. Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC 1975.
  • Bernis Madrazo, Carmen: Indumentaria española en tiempos de Carlos V. Madrid: Instituto Diego Velázquez (Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC), 1962.
  • Bernis Madrazo, Carmen: El traje y los tipos sociales en el Quijote. Madrid: Visor, 2001.
  • Descalzo, Amalia: Ajuar de la Infanta María. Departamento de difusión, Museo del Traje, Madrid, 2004.
  • Descalzo, Amalia: Ajuar de doña Teresa Gil. Siglo XIV. Pdf. Museo del Traje, Madrid.  
  • Menéndez Pidal, Gonzalo: La España del siglo XIII: leída en imágenes. Real Academia de la Historia, 1987.
  • Vestiduras ricas: el Monasterio de Las Huelgas y su época, 1170-1340. Revista de la Subdirección General de Museos Estatales. Patrimonio Nacional. Servicio de Publicaciones 1ª ed., 1ª imp. (03/2005).

jueves, 6 de septiembre de 2012

LA CAMISA de MUJER desde la segunda mitad del siglo XVI hasta el siglo XVII

La camisa listada continúa siendo la favorita entre las mujeres. Como también confeccionar las mangas con la boca ancha. Durante el Renacimiento fue conocida como la camisa española. Se seguirán colocando guarniciones y bordados de todo tipo en las partes más visibles.


También sigue de moda la camisa labrada bordándose con técnicas del siglo XV y otras nuevas. Fue usada tanto por mujeres de cualquier clase social como por hombres  (en el siglo XVII, el mundo cortesano la rechazó), con las guarniciones de origen morisco, randas y labores de seda, plata y oro. El cuerpo, en general, era de lienzo y las mangas de una tela mucho más fina. La gente rústica se la hacía de lienzo de cáñamo o de lienzo de estopa. Se adornaba el cabezón y los puños. En el siglo XVII será menos rica que en el XVI, desapareciendo los bordados.


Camisas blancas con mangas de boca ancha, muy comunes durante los últimos años del siglo XV. Procesión en Begoña, anónimo, h. 1600, Monasterio de las Descalzas Reales, Madrid (detalle) (imagen obtenida aquí)

Camisa guarnecida con tiras (similar a las camisas moriscas). Martirio de Santa Catalina, Vicente Castelló, h. 1617, Museo de Bellas Artes de Bilbao (detalle) (imagen obtenida aqui)

Cabezón adornado. La imagen parece llevar dos camisas bajo un corpiño. La Sagrada Familia con San Juanito, Martín Gómez el Viejo, mediados del XVI, subasta (detalle)

También se estiló dos tipos de camisas que llevaron todas las mujeres de cualquier condición, pudiendo ser sencillas o con adornos:

1. Camisa alta: cubría el escote hasta la base del cuello, cerrándose con cintillas. Era ceñida de busto y se ensanchaba en la cintura mediante nesgas o pliegues hasta llegar a los pies; se podía rematar en puntas o encajes. En el caso de las mujeres de clase media, esta camisa se ponía debajo del corpiño o cuerpo que era muy escotado. 

La Virgen de Montserrat con S. Juan Bautista y S. Margarita, anónimo, inicios del XVII, Museo Frederic Marés, Barcelona (detalle) (imagen obtenida aquí)

Descendimiento de la cruz, Pedro Machuca, 1547, Museo del Prado, Madrid (detalle)

     
Adoración de los pastores, Pedro de Orrente, h. 1623, Museo del Prado, Madrid (detalle)

2. Camisa de pecho o baja: la llevó sobre todo las mujeres de clase media y las villanas. Era muy escotada en consonancia con el resto de prendas que también fueron muy escotadas. 
Para tapar el escote la damas de Corte se ponían la gorguera, la valona, la valoncilla y el cabezón (es difícil encontrar imágenes de camisas bajas por ser una prenda de uso casero o momentos de recreo).
Las mujeres de clase media también la llevan con gorguera o con cuello abierto que quedaba rematado con encajes.  Esta camisa fue la más tradicional.

Labán busca los ídolos, Pedro de  Orrente, 1620-25, Museo del Prado, Madrid (detalle)

La camisa con la boca de la manga recogida en la muñeca fue más propia de la mujer cortesana. 


Camisa alta y puño con lechuguilla. Un caballero de Santiago y su esposa, ¿Luis Tristán?, h. 1610, Kentucky University, Franckfort (detalle)

En cambio la camisa con la boca de la manga ancha era más propia de las mujeres de clase media, que podían llevarla remangadas hasta el codo o sujetas a los hombros o a los brazos por medio de cintas (ver también imagen de Vicente Castelló, Martirio de Santa Catalina)


Camisa alta y puño con lechuguilla. Un caballero de Santiago y su esposa, ¿Luis Tristán?, h. 1610, Kentucky University, Franckfort (detalle)


El cabezón se independizó de la camisa, que podía ir con puntillas de hilo bordado, entonces se habla de cuello labrado. En el caso de las camisas de pecho el cabezón se ensanchó para cubrir el escote, por lo que es difícil distinguirlo de la gorguera.


Gorguera o cabezón alechugado. Brígida del Río, la barbuda de Peñaranda, Juan Sánchez Cotán, 1590, Museo del Prado, Madrid (detalle)


Los puños se doblaban sobre las mangas, llamándose vueltas, y en las prendas más ricas se adornaban con encajes y se remataban en puntas o en randas (puños labrados). Al igual que el cabezón llegó a independizarse, pasando a ser un complemento, el cual podía llevar una lechuguilla, como vimos en la camisa de hombre. A finales del XVII se seguía adornando las mangas con puños de encaje. Una moda que revolucionó el vestido cortesano fue la de acortar las mangas (a finales del siglo XVI), dejando ver algo más que las muñecas. Esta moda se generalizó en 1615.


La infanta Isabel Clara Eugenia y Magdalena Ruiz, Alonso Sánchez Coello, 1585-88, Museo del Prado, Madrid (detalle)



Catalina Micaela, duquesa de Saboya, h. 1597  (detalle)






Isabel de Borbón, anónimo, h. 1615, Museo del Prado, Madrid (detalle)



Camisa con randas en el borde del cuello y los puños. La Magdalena, Pedro Camprobín, h. 1633, iglesia de El Salvador, Sevilla (detalle) (imagen obtenida Lembranzas)

Las mujeres del pueblo o las trabajadoras mostraban las camisas cuando realizaban sus trabajos, entonces se ceñían al talle una faja para sujetar el busto.

Las hilanderas, Diego Rodríguez de Silva y Velázquez, h. 1657, Museo del Prado, Madrid (detalle)

La camisa se mudaba cada semana, aunque algunas lo hacían a diario.
Cuando tenían la menstruación no podían cambiarse la camisa, se creía que podían sufrir enfermedades.

Otro tipo de camisas interiores:

Camisola: camisa corta y muy delgada que se utilizaba cuando se ponía corpiño almilla o justillo (prenda interior que iba sobre la camisa). En el XVIII ya se usó sólo para dormir.


Nacimiento de la Virgen, José Leonardo, h. 1642, Museo del Prado, Madrid (detalle)

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Otros enlaces de interés en este blog:

Bibliografía:
  • Astor Landete, Marisa: Indumentaria e Imagen - Valencia en los siglos XIV y XV, Valencia.1999.
  • Bernis, Carmen: Indumentaria femenina española del siglo XV: la camisa de mujer, Archivo Español de Arte, 30, 1957.
  • Bernis Madrazo, Carmen: Indumentaria medieval española. Instituto Diego Velázquez, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC, 1956.
  • Bernis Madrazo, Carmen: Trajes y modas en la España de los Reyes Católicos: Los Hombres. Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC 1975.
  • Bernis Madrazo, Carmen: Indumentaria española en tiempos de Carlos V. Madrid: Instituto Diego Velázquez (Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC), 1962.
  • Bernis Madrazo, Carmen: El traje y los tipos sociales en el Quijote. Madrid: Visor, 2001.
  • Descalzo, Amalia: Ajuar de la Infanta María. Departamento de difusión, Museo del Traje, Madrid, 2004.
  • Descalzo, Amalia: Ajuar de doña Teresa Gil. Siglo XIV. Pdf. Museo del Traje, Madrid. 
  • Menéndez Pidal, Gonzalo: La España del siglo XIII: leída en imágenes. Real Academia de la Historia, 1987.
  • Vestiduras ricas: el Monasterio de Las Huelgas y su época, 1170-1340. Revista de la Subdirección General de Museos Estatales. Patrimonio Nacional. Servicio de Publicaciones 1ª ed., 1ª imp. (03/2005).



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