martes, 19 de diciembre de 2017

Resumen 2017

Este año ha sido especial, casi diría extraño por la cantidad de eventos que he llegado a realizar, pero sobre todo ha sido muy gratificante.
Di tres conferencias, estuve en un congreso, me publicaron un trabajo y me entrevistaron en la radio. 
Desde aquí, vuelvo a expresar mi agradecimiento a todas aquellas personas que confiaron en mí. 

En marzo impartí una conferencia en la Sala Polisón de Burgos. Fui invitada por Patrimonio para Jóvenes. El tema que elegí, los tocados del Trasaltar de la Catedral de Burgos del escultor Felipe Vigarny, me pareció que sería original, pero para mi sorpresa también acabó siendo un descubrimiento apasionante. En los relieves estaban representados casi todos los tocados que se llevaron a finales del siglo XV, e incluso algunos que no se habían estudiado hasta ese momento.

    


En mayo, respondiendo a la  invitación de Asociación Cultural Compañía de Mondragón yde Mercado estuve en Medina del Campo, un precioso pueblo de la provincia de Valladolid, a donde llegó el Emperador Carlos V en su último viaje camino de Yuste (Cáceres). Se me pidió que hablara sobre cómo vestían en el día a día los soldados de a pie y sus mujeres entre 1520 y 1556, así cómo vestían en la batalla. La conferencia tuvo lugar en un marco bien bonito: el Museo de las Ferias.

        

En Junio acudí a Borja (Zaragoza). El Centro de Estudios Borjanos me invitó a dar una charla sobre la indumentaria que lucían hombres y mujeres en 1492, coincidiendo con la llegada de los Reyes Católicos a esa localidad en su viaje hacia Barcelona.




Y para finalizar regresé a Borja en el mes de Octubre. Ésta vez para participar en un Congreso dedicado a mosén Juan de Coloma en el V Centenario de su fallecimiento y que también organizaba el Centro de Estudios Borjanos. Mi ponencia estuvo centrada en el estudio de aquellas prendas que supusieron una ruptura con la tradición bajomedieval, con la incorporación de singularidades que dieron un toque original al traje cortesano.



Pero en noviembre contactaron conmigo para una entrevista en la radio, habían leído en el blog el trabajo  sobre «ir en pelota» y querían saber más. 


Si queréis escucharla, minuto 42


Por último el artículo publicado: Estudio de la indumentaria de las figuras de la arqueta de Ambel. Cuadernos de Estudios Borjanos, LX, 2017.

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martes, 5 de diciembre de 2017

INDUMENTARIA DE ESTAR POR CASA. MUJERES.

1667. La emperatriz Margarita Teresa, Jan Thomas Kunsthistorische Museum, Viena (Imagen obtenida aquí)

Alguna vez me han preguntado si las mujeres de la nobleza del siglo XVI y del XVII iban siempre vestidas con los trajes con los que aparecen en los cuadros, en una pose que se nos antoja rígidos maniquíes. Lógicamente contesto que no. Esta idea de que las damas iban de punta en blanco durante todo el santo día se ha extendido, además, «gracias» a las series de televisión y a las películas.

Emperatriz Isabel, Tiziano, Museo del Prado (detalle)

También me suelen preguntar si les sería fácil moverse, o si el uso de los cartones de pecho deformaría el cuerpo de las niñas.

Hacia 1575. Las infantas Isabel Clara Eugenia y Catalina Micaela, Museo del Prado, Madrid

A la primera pregunta contesto que en los retratos de Corte las damas llevarían esos trajes sólo para aquellos momentos en los que tendrían que mostrar todo su poderío, así como para eventos y fiestas donde no tuvieran que moverse mucho. O simplemente para posar ante el pintor. Hay que tener en cuenta que las telas eran caras y difíciles (o imposibles) de lavar como para utilizarlas en la vida diaria.

1660-70. Ines Zúñiga, Carreño, Museo Lázaro Galdiano (imagen obtenida aquí)

En cambio, en el día a día, para estar por casa, para recibir visitas o realizarlas, tanto las mujeres adultas como las niñas, vestirían con prendas mucho más cómodas, asequibles y lavables. 

Estas ropas serían:

Ropa de levantar, que era un vestido holgado y abierto que se utilizaba sobre todo para levantarse de la cama:

María Magdalena, José Leonardo, Catedral de Santa María Magdalena, Getafe, Madrid (detalle) (imagen obtenida aquí)

Cuerpo (sin cartón de pecho) y  basquiña (sin verdugado o guardainfante):

Hacia 1610. Un caballero de Santiago y su esposa, atribuido a Luis Tristán, Franckfort, Kentucky University (detalle) (imagen obtenida aquí)

Brígida del Río, la barbuda de Peñaranda, Juan Sánchez Cotán, 1590, Museo del Prado, Madrid


En cuanto a la segunda pregunta, es cierto que el peso de las telas y de los adornos junto con el cartón de pecho, el cuello de lechuguilla y los chapines no ayudaría a echarse unas carreras, pero tampoco debía de ser muy difícil llevarlas, e incluso danzar con ellas. Desde muy pequeñas se acostumbraban a llevarlas y aprendían a moverse sobre los chapines. Por supuesto, el uso del cartón de pecho no tendría por qué deformar el cuerpo de las niñas ya que su uso sería limitado. 

Primera mitad del siglo XVII. Abigail y David, círculo de Juan de la Corte (detalle)


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