La mujer viste:
Saya con escote bajo. Lleva la falda levantada.
Verdugado: Faldillas con verdugos.
Documentado como calzado en la segunda mitad del siglo XV.
Calzado de piel muy fina y flexible, sería muy similar al borceguí pero sería más fino ya que se podía llevar debajo de este.
Las mujeres podían llevar la servilla con el chapín.
Covarrubias en su Tesoro de la lengua castellana o española (1611) la define como «un calzado de unas zapatillas de una suela, muy a propósito para las mujeres de servicio porque necesitan andar con desenvoltura».
Bibliografía:
Siglos XVI y XVII.
Prenda larga, holgada, abierta por delante y con mangas tubulares que se dejaban colgando. Los brazos se sacaban por un corte practicado en la parte superior de la manga o se sacaban por la unión de la manga con la prenda.
Podía llevar capilla o no. Si no llevaba capilla entonces tenía un cuello que formaba un todo con la zona de la espalda, y que continuaba hacia delante a modo de solapa.
Su origen lo tenemos que buscar en el ropón como sobretodo.
Propia de eclesiásticos y letrados (médico, regidor, jurisconsulto).
Mujeres en un campamento militar de la segunda mitad del siglo XVI.
Las lavanderas se ocupaban, principalmente, del lavado de la ropa blanca.
Mural de «La campaña de San Quintín» (1557), Nicolás Granello, Fabrizio Castello y Lazaro Tavarone, 1590, Sala de las Batallas, Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, Madrid.