El
humanismo renacentista acerca al hombre a la naturaleza. En Toledo la
construcción de Cigarrales servirá
para dominar la naturaleza y disfrutarla. De ahí que el arzobispo de Toledo,
don Gaspar
de Quiroga y Vela, mandara recrear (o al menos lo intentará) las villas
suburbanas de Italia en uno de esos cigarrales. Será un complejo
palaciego con amplios jardines para su divertimento personal.
Estamos a
finales del siglo XVI.
Más tarde
se conocerá este Cigarral como la Quinta de Mirabel.
Por
supuesto, no le faltará ningún detalle, ni siquiera un baño. Pero no un baño
cualquiera. Ha de tener frescos, exactamente grutescos. Más aún, se
deben pintar mujeres con el torso desnudo (atrevido el Inquisidor General,
podríamos pensar).
Pero el
tiempo ha dañado a las féminas y otras figuras aunque todavía permanece la
belleza de los enanos, los pájaros, las guirnaldas, los motivos vegetales, los
seres fantásticos...
El autor
de esta maravilla es todavía desconocido.
Magníficos frescos, y aquí al lado! ¿Quizá nos hablarás de algún otro cigarral toledano, para descubrir sus tesoros? Lo esperamos.
ResponderEliminarAlicia, ya sabes que desde hace un año soy toledano-adicta... no sé si veré más cigarrales tan interesantes como éste (es verdaderamente espectacular y único), pero si tengo oportunidad de entrar en otros fijo que lo subo al blog. Besos.
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