En la primera mitad del siglo XVI se prefirió el pelo corto. Se sigue llevando el copete. Hacia 1602 es más abultado, rizado o ligeramente ondulado (durará hasta los años 30). Habrá, por supuesto, quien lo considere un estilo propio de hombres afeminados.
Copete algo más abultado.1615, Retrato de Felipe III, Bartolomé González, Museo del Prado, Madrid (detalle)
Copete en su última fase. 1618, estatua funeraria de don Fernando Cortés, Museo arqueológico de Madrid (detalle) (imagen obtenida aquí)
Hacia 1600 tiene lugar otra revolución, la de doblar las puntas hacia arriba (ver retrato de Felipe III). En algunos casos estas se llevan abiertas y levantadas, en otros muy curvas y afiladas (tenacillas, engomado o bigotera de cuero al servicio de sus dueños). Estos bigotes levantados será signo de bravura y por supuesto, se utilizará como arma de seducción.
Las patillas se ponen de moda.
Las patillas se ponen de moda.
H. 1630. Dama y caballero, Francisco Pacheco, Museo de Bellas Artes de Sevilla (detalle)
H. 1635. Felipe IV, Diego de Velázquez, National Gallery de Londres, Reino Unido (detalle)
En los años 30 el hombre empieza otra vez a dejarse crecer el pelo (que alcanzará la espalda durante el reinado del Carlos II) y se coloca un mechón por delante de las orejas. El bigote se lleva grande o como años anteriores.
En los años 40 sobrepasaba ya las orejas y años después llegará a rozar los hombros e incluso sobrepasarlos.
1656. Felipe
IV, Diego de Velázquez (detalle)
En los años 40 sobrepasaba ya las orejas y años después llegará a rozar los hombros e incluso sobrepasarlos.
Los villanos (que no renuncian a su barba poblada) y el resto de la población llevará el pelo corto, salvo cuando se pone de moda el pelo largo.
H. 1615, Retablo de la vida de Cristo, Adoración de los pastores, Luis Tristán, Parroquia de San Benito Abad, Yepes, Toledo (detalle)
Mujer:
A finales del siglo XVI surge el copete llamado jaulilla. A inicios del XVII es ya muy apuntado.
Copete muy apuntado, será su culminación. ¿1600? Círculo de Frans Pourbus, Isabel Clara Eugenia de Austria, subasta (detalle)
En la segunda década, la cabeza pasa de ser apuntada a ser redondeada.
H. 1605. Margarita de Austria con la infanta Ana. Bartolomé González, Kunsthistorisches Museum, Viena (detalle)
Y por la misma década el peinado baja ya del todo y tiende a abultarse por los lados, que será cada vez más exagerado en la segunda mitad del siglo XVII. También se coloca un pequeño mechón delante de las orejas, e incluso se vuelven a cubrir. Sobre la frente se luce un pequeño mechón liso o rizado, que también perdurará pasado los años 50.
Con rodete. H. 1615, Isabel de Francia, reina de España, Frans Pourbus "el Joven", Museo del Prado, Madrid (detalle)
Con rodete. H. 1615. Isabel de Borbón, anónimo, Museo del Prado, Madrid (detalle)
En los años 30 hasta los 60 la melena es corta y abultada en los laterales; se decora con joyas y lazos. Será moda exclusiva española.
H. 1630. Dama y caballero, Francisco Pacheco, Museo de Bellas Artes de Sevilla (detalle)
1653. La infanta María Teresa, Diego
Velázquez, Museo Metropolitano de Arte de Nueva York (detalle)
Luego se ponen trencitas, se hace una raya al lado y una onda sobre la frente, durando este estilo hasta los años 80. Se llega a colocar postizos.
1660-70. Inés Zúñiga, Juan Carreño de
Miranda, Museo Lázaro Galdiano (detalle)
Finales del XVII. Margarita de Austria, Claudio Coello,
subasta
En los 90 se vuelve a rizar el pelo o se ahueca y desparece la onda. Se mantienen los postizos.
De todos modos habrá alguna mujer que seguirá con la moda de los cabellos elevados, ya muy abandonada por la fecha del siguiente retrato (ver aquí la evolución de este peinado fuera de España):
Mientras, el resto de mujeres llevarán el pelo largo recogido en trenzas y moños.
1630, Doña Inés Zúñiga, Diego Rodríguez de Silva y Velázquez, National Museum, Poznań, Polonia (detalle)
1578, Desposorios místicos de Santa Catalina, Alonso Sánchez Coello, Museo del Prado, Madrid (detalle) (imagen obtenida aquí)
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Bibliografía:
- Bernis Madrazo, Carmen: Indumentaria española en tiempos de Carlos V. Madrid: Instituto Diego Velázquez (Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC), 1962.
- Bernis Madrazo, Carmen: La moda en la España de Felipe II a través del retrato de corte. En el catálogo de la exposición Alonso Sánchez Coello y el retrato en la corte de Felipe II. Madrid: Museo del Prado. 1990.
- Bernis Madrazo, Carmen: El traje y los tipos sociales en el Quijote. Madrid: Visor, 2001.
- Soláns Soteras, María Concepción: La moda en la sociedad aragonesa del siglo XVI. Institución “Fernando el Católico” (C.S.I.C.). Colección Estudios. Zaragoza. 2009.
El peinado de Filipe III me recuerda Tintim.
ResponderEliminarbuen fin de semana
manela
¡Cierto! Lo que hace simpático al personaje :-)
EliminarBuena semana, Manela.
Qué maravillosa selección, nunca me había fijado en estas cosas y menos en los cambios asó como los muestras, la de cosas que tengo que aprender, compañera. Esos "tuferos" a lo Elvis como los llamaba mi madre. Los ricitos de ellos de lo mas glamurosos... no sé qué dirían si nos vieran ahora con tantas gominas y crestas de colores...
ResponderEliminarUn abrazo y cafelito con copete.
Muchas gracias, Verónica,
Eliminardirían de todo, como lo decimos nosotros ahora. Seguro.
Otro abrazo y café con hielo encopetado.
Como la moda es cíclica, el copete volvió, pero te imaginas los peinados de las señoras en estos tiempos de prisas y agobios?..
ResponderEliminarMe encantó tu blog
Un abrazo
O se tiene tiempo para estar todo el día en la peluquería o nos conformamos con dejarnos la melena tal cual nos la cepillamos.
EliminarGracias María.
Otro abrazo.
Me encanta todo lo que has puesto. Pásate por mi blog:
ResponderEliminarhttps://desvelandolapeluqueria.blogspot.com/
Muchas gracias.
EliminarPasaré por su blog. Un saludo cordial.