Manto transparente.
El uso de mantos transparentes o semitransparentes para salir a la calle fue de uso común en el siglo XVI y XVII.
Posiblemente el tejido sea el soplillo (tela fina que clareaba mucho).
Viste saboyana.
Manto transparente.
El uso de mantos transparentes o semitransparentes para salir a la calle fue de uso común en el siglo XVI y XVII.
Posiblemente el tejido sea el soplillo (tela fina que clareaba mucho).
Viste saboyana.
De origen bizantino, estuvo de moda en Europa desde el siglo XI hasta el siglo XIII.
Era una prenda semicircular que se colocaba enmarcando el rostro. La tela quedaba plegada sobre la frente. Cubría cuello, hombros y a veces todo el torso.
En este caso, la mujer lleva la parte que envuelve el cuello anudada por delante.
En la Edad Media, los criados que servían a la alta nobleza pertenecían a la pequeña nobleza.
El personaje viste:
Jubón azul.
Ropeta roja de manga corta (antigua jaqueta).
Calzas azules.
Zapatos azules.
Peinado a lo franco-borgoñón (con forma de casquete) y tapa las orejas.
Último cuarto del siglo XV. Jesús ante Pilatos, retablo de Santo Tomás, escuela aragonesa (atribuido al Maestro de Morata o al taller de Martín de Soria), Museo Colegial de Santa María de Daroca, Zaragoza (España)
Hoy, 14 de septiembre, sale a la venta mi novela La bordadora.
1475. En Vetonia, una ciudad de la Castilla de los Reyes Católicos, vive Caterina, una joven condesa que ha enviudado recientemente. Reside en el palacio de su tío, el marqués de Narros, y pretende crear un importante gremio de sastres y bordadores. Para ello, envía a Guillén, su amante, a Valencia con el propósito de encontrar a los mejores artesanos.
El próximo 14 de septiembre me publica Plaza & Janés mi novela histórica «La bordadora».
Ahí van unas pinceladas. Espero que os guste.
1475. En Vetonia, una ciudad de la Castilla de los Reyes Católicos, vive Caterina, una joven condesa que ha enviudado recientemente. Reside en el palacio de su tío, el marqués de Narros, y pretende crear un importante gremio de sastres y bordadores. Para ello, envía a Guillén, su amante, a Valencia con el propósito de encontrar a los mejores artesanos. A su regreso, Guillén traerá a Juana, una prometedora bordadora, que llenará de amor, suspense, drama y secretos los muros del palacio y trastocará la tranquila vida de Caterina.