El uso de mantos envolventes que cubrían todo el cuerpo dio lugar a las “tapadas”: mujeres que no dejaban ver
su rostro. Esta práctica del siglo XVI perduró hasta finales del XVII.
Siglo XVII. Anónimo, la carrera de San Jerónimo desde el Prado, colección Marquesa de Santa Cruz, Madrid (paseo del prado de Madrid) (detalle)
Pero lo de ocultar el rostro vino de mucho
antes, de cuando la mujer usaba las tocas envolventes durante
los viajes para protegerse del polvo del camino, las inclemencias del tiempo o
del sol (recordemos que hasta hace bien poco la piel blanca era signo de belleza y distinción). O simplemente, para diferenciarse casadas de solteras.
Hacia 1280-85. fol-084V, Cantigas de Santa María de Alfonso X El
Sabio, Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, Madrid
(detalle)
En el siglo XV se empezó a utilizar la toca de rebozo dentro del ámbito doméstico que, como otro tipo de tocas, cubría
la cabeza y el cuello, pero ésta, a su vez, le permitía taparse la boca
y la nariz cuando salía a la calle con simplemente subirse la tela por delante.
Toca de rebozo. H. 1490. Nacimiento de la Virgen, Pedro Berruguete, Museo de la Abadía de Monserrat, Barcelona (detalle)
A
mediados del siglo XVI se llevó una careta, máscara o un antifaz para ocultar la identidad cuando se viajaba (también la llevaron los
hombres).
Antifaz: usado por el hombre y la mujer para viajar.
1601. Viaje de la emperatriz María desde Praga, Hans van den Beken,
Convento de las Descalzas Reales, Madrid (detalle) (imagen obtenida en la obra de Bernis «El traje y los tiempos sociales en el Quijote»)
Paño de rostro o rostro. 1581. Omnium Poene Gentium
Habitus by Abraham de Bruyn, Biblioteca Británica, Londres (detalle) (imagen obtenida aquí)
Volante: tejido fino. 1581. Jean-Jacques Boissard,
Habitus Variarum Orbis Gentium, Malinas (detalle de una mujer napolitana)
(detalle) (imagen obtenida aquí)
Y por esas mismas fechas y
como acto de rebeldía, para ir en contra de las buenas costumbres, algunas
damas utilizaron el manto o el mantillo para caminar libremente por las calles
sin ser reconocidas, imitando a las tapadas
de medio ojo (mujeres con fama de busconas que se cubrían con el manto de pies a cabeza dejando solo visible el
ojo izquierdo).
1590. De gli habiti antichi, et moderni di diuerse parti del mondo libri
dve, fatti da Cesare Vecellio, & con discorsi da lui dichiarati. Con
privilegio... (Venetia: Presso Damian Zenaro), Cesare Vecellio
Su uso fue prohibido en 1590, en 1600, en
1633 y 1770, especialmente por los equívocos, pues las prostitutas solían
pasear ocultas en su manto, y se dice que más de un padre o un hermano hizo
requiebros (deshonestos) a una hija o una hermana.
He aquí una petición para su prohibición en
1586:
“Ha venido a tal estremo el uso de
andar tapadas las mujeres que dello han resultado grandes ofensas de Dios y
notable daño de la República, a causa de que en aquella forma no conoce el
padre a la hija ni el marido a la mujer ni el hermano a la hermana, y tienen la
libertad, tiempo y lugar a su voluntad y dan ocasion a que los hombres se
atrevan a la hija o mujer del más principal como a la del más vil y bajo. Lo
que no sería si diesen lugar, yendo descubiertas, a que la luz discirniese las
unas de las otras, porque entonces cada una presumiría ser y sería de todos
diferentemente tratada, y que se viesen diferentes obras en las unas que en las
otras. Demás de lo cual se escusarían grandes maldades y sacrilegios que los
hombres vestidos como mujeres y tapados sin poder con ser conocidos han hecho y
hacen, y, finalmente se evitarían tanto número de pecados hechos por este mal
uso, que respeto de ellos no son de consideración algunas buenas obras que
señoras y mujeres honradas hacen tapadas, ni la comodidad que esto les es de
hacer. Para que se deje de remediar un daño tan universal y evidente, pues
conforme a razón y derecho se debe proveer a lo más general, aunque por ello
cesen algunos bienes, y por que esto tenga remedio como conviene al servicio de
Dios y bien destos Reinos, suplicamos a Vuestra Majestad mande que ninguna
mujer ande tapada, debajo de la pena por la forma que pareciere ser más conveniente
para que esta ocasión de tanto daño cese”.
Enlace de interesantes en este
blog:
Bibliografía:
- Bernis Madrazo, Carmen: El traje y los tipos sociales en el Quijote. Madrid: Visor, 2001.
- Cruz Rodríguez, Juan de la: Las tapadas en Canarias. Correspondencia con la Península Ibérica y América. Conferencia internacional de colecciones y museos de indumentaria, Madrid. 1993.
- Hernández Pérez, María Victoria: 50 años de la tapada con manto y saya: indumentaria tradicional de los Llanos de Aridane. Revista digital Bienmesabe, 225. 2008.
- León Pinelo, Antonio de: Velos antiguos y modernos en los rostros de la mujeres: sus conveniencias y daños. Ilustración de la Real Prematica de las Tapadas. Edición de Juan Sanchez Figaredo. 1641.
- Las tapadas de Vejer.
- Seco, Irene “Por tu capricho te pusiste el manto” Las cobijadas de Vejer en el Museo del Traje.
Lo que en un principio sirvió para proteger, pasó a provocar toda clase de equívocos. Qué fácil tenía que resultar escabullirse, huir. Entramos en el tema de la identidad y la mujer. Muy interesante.
ResponderEliminarhttp://www.bnp.gob.pe/portalbnp/index.php?option=com_content&task=view&id=658&Itemid=392
ResponderEliminarAlan, gracias por el enlace: Las tapadas limeñas. En cuanto pueda lo meto en la entrada. Saludos
ResponderEliminarEn el càntico espiritual de san Juan de la Cruz, dice el alma a Dios : En uno de mis ojos te llagaste !(cancion 31 del manuscrito B. Me recordo lo que habia leido de la mujeres tapadas de medio ojo !Asi es como una francesa acaba de leer, con sumo interéssu articulo ! Gracias
ResponderEliminarMuchísima gracias por su comentario.
EliminarLa belleza en los versos de San Juan de la Cruz es indescriptible.
`En solo aquel cabello
que en mi cuello volar consideraste,
mirástele en mi cuello,
y en él preso quedaste,
y en uno de mis ojos te llagaste.´