miércoles, 16 de diciembre de 2015

Las BOTAS

El término bota aparece documentado a mediados del siglo XIV.
Era un calzado duro con suelas fuertes y sin ninguna arruga. Se cerraba el borde superior de la caña a la pierna por medio de cordones.
Por lo general llevaba dos suelas. Con el tiempo se les colocó tacón.

El uso de la bota se generalizó a partir del XVI y era llevado por soldados y viajeros.
La bota y el borceguí, ya desde finales del siglo XV, pueden confundirse. La diferencia estaba en la flexibilidad. Algún investigador de vestimenta considera que la bota hacía referencia al borceguí cuya caña llegaba hasta la rodilla.

En inventarios del siglo XVI se habla de botas de campo, botas de monte y botas de camino.

Los botines o medias botas que cubrían el pie y parte de la pierna fueron también usados por las mujeres.

Las botas no se llevaban nunca en la ciudad, salvo que lloviera, entonces se calzaban botas de fieltro, que seguramente serían una especie de botines. Incluso para cabalgar se prefería el borceguí o el zapato.


Podemos decir que las representaciones en la iconografía anterior al siglo XVI son prácticamente nulas.

¿Posible bota? H. 1578. La flagelación de Cristo, Juan de Ancheta, Museo Diocesano de Arte Sacro de Álava, Vitoria (procedente de la iglesia de San Miguel) (detalle) (imagen obtenida aquí)

Las botas enceradas eran muy ceñidas, reforzadas en el pie, con suela dura y se abrochaban a las calzas o calzones por correas para que estuvieran bien estiradas.

1615. Retrato de Felipe III, Bartolomé González, ©Museo delPrado, Madrid (detalle)


1634. Victoria de Fleurus, Vicente Carducho, ©Museo del Prado, Madrid (detalle)

Hubo otra bota cuyo aspecto era similar al borceguí ya que la zona del tobillo hasta casi la rodilla estaba arrugada: bota borceguí. Llevaba refuerzo en el empeine y suela con tacón.


Principios del siglo XVI. Archiduque Alberto de Austria, Juan Pantoja de la Cruz, Bowes  Museum, Bernard Castle (detalle) (imagen obtenida aquí)

A partir de los años 30 del siglo XVII unos pocos empezaron a llevar botas de estilo francés:

Hacia 1635. Don Tiburcio de Redín y Cruzat, Barón de Bigüezal, atribuido a Fray Juan Andrés Ricci, ©Museo del Prado, Madrid (detalle) 


Bibliografía:
  • Astor Landete, Marisa: Indumentaria e Imagen. Valencia en los siglos XIV y XV, Valencia.1999.
  • Bernis Madrazo, Carmen: Indumentaria Medieval Española. Instituto Diego Velázquez, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC, 1956.
  • Bernis Madrazo, Carmen: Trajes y modas en la España de los Reyes Católicos: 1. Las mujeres. Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC 1975
  • Bernis Madrazo, Carmen: Indumentaria española en tiempos de Carlos V. Madrid: Instituto Diego Velázquez (Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC), 1962.
  • Bernis Madrazo, Carmen: La moda en la España de Felipe II a través del retrato de corte. En el catálogo de la exposición Alonso Sánchez Coello y el retrato en la corte de Felipe II. Madrid: Museo del Prado
  • Bernis Madrazo, Carmen: El traje y los tipos sociales en el Quijote. Madrid: Visor, 2001.
  • Covarrubias, Sebastian de: Tesoros de La lengua castellana o española (1611). Madrid, Tuner, 1979.
  • Herrero García, Miguel: Oficios populares en la sociedad de Lope de Vega. Madrid, Castalia, 1977.

viernes, 27 de noviembre de 2015

Las Moriscas en el siglo XVI

La vestimenta morisca de la mujer en el siglo XVI:

Ropa interior:
Sabanilla con rodete en la cabeza.
Camisa.
Zaragüelles.
Trabaq en las piernas.


H. 1530-40 (copia de 1600). Das Trachtebuch des Christoph Weiditz von seinen Reisen nach Spanien, Museo Nacional de Nuremberg, Alemania (detalle)

Ropa de acuerpo y de encima:



Sobretodo:
Almalafa


Las mujeres cristianas llevaron la marlota: Inventario de Juana la Loca: «Vna marlota de chamelote e cebti negro hecha a girones con sus mangas que tiene vna guarnieron de vnas franjas de oro por  la delantera de la vna parte hasta la guita e tanbien por el ruedo e mangas e al onbro e a las bocas.»

Y también llevaron los trabaq: «calzas» moras o al gusto morisco.

H. 1490-1500. Nacimiento de la Virgen, Maestro de Arévalo, Arévalo, Ávila, España (detalle)

Bibliografía:

  • Barrera Maturana, José Ignacio: Representación de una mujer morisca en un graffiti del Albayzín (Granada) Anaquel de Estudios Árabes 65, vol. 18 65-91, 2007.
  • Martínez Albarracín, Carmen A: Las moriscas en el reino de (S.XVI).II Congreso virtual sobre historia de la mujeres (2010), UNED de Jaén
  • Menéndez Pidal, Gonzalo: La España del siglo XIII: leída en imágenes. Real Academia de la Historia, 1987.
  • Villagra, Mabel: La moda morisca femenina (Desde la Baja Edad Media hasta 1571) 
  • El Patrimonio Cultural de la Alpujarra (Granada) y el territorio Jebala-Gomaran (Norte de Marruecos). Aproximación Comparativa. Proyecto ETNOMED. 2014

lunes, 9 de noviembre de 2015

El HÁBITO

Es una prenda de encima muy característica de la segunda mitad del siglo XV: era cerrada, holgada y de aspecto más o menos acampanado. 
Se superponía sobre otros vestidos.

Estaba fruncido en el escote (todo él o sólo la parte central); generalmente el borde llevaba un ribete. Los había con o sin mangas, que solían ser largas y más o menos anchas.

La mujer solía llevarlo como traje de luto; propio de viudas y religiosas. Con esta prenda se solía representar a la Virgen, los ángeles y algunas santas.
A partir de los años 20 del siglo XVI pasó de moda. Siendo sustituido por el mongil

Los hombres también lo llevaron, especialmente la gente mayor o aquel que quería mostrar sobriedad. 

Siguió también la moda de hacer  pliegues de arriba abajo. H. 1456. Madre de Dios apocalíptica y San Vicente Ferrer, Pedro García de Benabarre,  © Museo Nacional de Arte de Cataluña (detalle) 

H. 1470-1480. Camino del calvario, Juan de Pinilla, retablo de San Marcial, Catedral de Ávila (detalle) 

Lujoso y con el escote en pico. H. 1480. Exorcismo de la princesa Eudoxia, taller Vergós, Retablo de San Esteban,  ©Museo Nacional de Arte de Cataluña, Barcelona (procedente de la iglesia de San Esteve de Granollers)


1470. San Sebastián, Maestro Villalobos,  ©Museum of Fine Arts, Budapest


Finales del siglo XV. La oración en el huerto, escuela aragonesa,  subasta, (detalle)

Principio del XVI. La visitación, escuela castellana (hispano-flamenco) subasta (detalle)


Hacia 1520. Retablo de San Catalina y Santa Bárbara, Juan Ramírez o Pérez del Pulgar, Iglesia de San José, Granada (detalle)

El término hábito acabó por hacer referencia a la prenda que llevan los religiosos.


Bibliografía:
  • Astor Landete, Marisa: Indumentaria e Imagen. Valencia en los siglos XIV y XV, Valencia.1999.
  • Bernis Madrazo, Carmen: Indumentaria Medieval Española, Instituto Diego Velázquez, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC, 1956.
  • Bernis, Carmen: trajes y modas en la España de los Reyes Católicos: I, Las mujeres II.  Los hombres. Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC 1975.
  • Bernis Madrazo, Carmen: Indumentaria española en tiempos de Carlos V. Madrid: Instituto Diego Velázquez (Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC), 1962.

martes, 13 de octubre de 2015

El búcaro, un «estimulante» del Siglo de Oro

El búcaro era una vasija de arcilla que servía para contener agua o perfume.

En el libro El Bodegón (Galaxia Gutenberg, Círculo de Lectores), doña Natalia Seseña, experta en alfarería y loza española, nos explica en un excelente artículo el uso que tenía dichos recipientes, incluido el que le daba la nobleza (y supongo que la alta burguesía): mordisquearla. O como ella dice, la «bucarofagia».

En el Siglo de Oro fue algo habitual comer arcilla roja por prescripción facultativa en casos de trastornos menstruales y para la acidez de estómago. Además, entre la gente fina, se comía para conseguir una piel extremadamente blanca (la palidez, desde siglos, era signo de distinción y belleza). Seseña comenta que debía de haber algún elemento en la composición del barro que provocaba opilación (RAE: impedimento para el paso de las materias sólidas, líquidas o gaseosas en las vías del cuerpo (en este caso intestinal).
Si al búcaro se le añadía agua perfumada, los mordisquitos tendrían un sabor más agradable.


Seguramente hubo alfareros que se especializaron en hacer búcaros para uso comestible. Y según Seseña es posible que también se le añadiera alguna sustancia placentera (todavía por conocer) que «incitaba» a su ingestión. Es decir, que no sólo comían barro para curar determinados trastornos, sino también para deleitar la mente. Un «caramelo» muy provechoso. O no.


Segunda mitad del siglo XVII. Josefa de Óbidos, Paço dos Duques, Guimarães, Portugal (detalle) (imagen obtenida aquí

Naturaleza muerta, Josefa de Óbidos, Biblioteca Municipal de Braamcamp Freire, Santarém, Portugal (detalle) (imagen obtenida aquí)

1652. Antonio de Pereda y Salgado, Museo del Hermitage, San Petersburgo, Rusia (detalle) (imagen obtenida aquí)

1648. Francisco de Palacios, Colección Harrach, en Schloss Rohrau, Austria (detalle) (imagen obtenida aquí)

Hacia 1650. Francisco de Zurbarán, Bodegón, Museo del Prado, Madrid (detalle) (imagen obtenida aquí)

 Segunda mitad del XVII. Juan de Zurbarán, Museo de Bellas Artes de Besancon, Francia (detalle) (imagen obtenida aquí)

Segunda mitad XVII. Bodegón, Antonio Ponce, mercado del arte (detalle)

Primera mitad del XVII. Las estaciones: verano, Francisco Barrera, mercado del arte (detalle)

1656. Las Meninas, Diego de Velázquez, Museo del Prado, Madrid (detalle) (imagen obtenida aquí)

Bibliografía
  • Yanes Rizo, Emma (2013): La loza estannífera de puebla, de la comunidad original de loceros a la formación del gremio (1550-1653). Tesis para la Universidad Nacional Autónoma de México.
  • Seseña, Natacha (2001): Rango de la cerámica en el bodegón. El Bodegón de Galaxia Gutenberg, Círculo de Lectores.
  • E. Rovira, Beatriz (2010) : Los búcaros de las Indias para el mundo.Canto Rodado. 5.
  • Fenández Díez, Raquel: Shailene Woodley: Una opilada en el siglo XXI 
  • Donoso Rodríguez, Miguel: Mujer y literatura femenina en la América virreinal.  
  • La cerámica del agua y su relación con la aridez
Y para saber más, la Geofagia (doy las gracias a mi amiga Olga por estas dos aportaciones):

jueves, 1 de octubre de 2015

Las bodas en la Baja Edad Media y en el Renacimiento

Finales del XV. Desposorio de la Virgen, Pedro Berruguete, mercado del arte

Vestidos que lucían los novios:

La novia llevaba bien un brial (mujer de poder adquisitivo alto) o una saya y sobre los hombros se podía cubrir con un manto. El cabello iba suelto, como signo de virginidad, con una tira o guirnalda

El novio vestía, según la moda del momento, saya, cota, jaqueta, sayo. Encima podía llevar ropón, manto o un paletoque (en las representaciones que pongo aquí casi todas son desposorios de la Virgen y San José, por lo que el novio aparece o con saya o con una cota si es de la primera mitad del siglo XV, o con sayo si es después). Podía ir tocado o destocado. En la tabla de Berruguete va con un capirote puesto sobre los hombros.

Entre la clase noble el color más habitual era el rojo, signo de fecundidad y el verde, símbolo de juventud. También se usaba el azul y el amarillo.

La boda se dividía en dos partes: 

1. Desposorio: acto solemne e indispensable. El padre y el novio conciertan el matrimonio y la dote. Se celebraba tiempo antes de la boda propiamente dicha.

2. Boda propiamente dicha: entrega de la novia y velación. Desde el siglo XIII se «exigió» la presencia de un sacerdote al ser considerado el matrimonio un sacramento. 

Esta ceremonia constaba de dos partes:

A) en la puerta de la iglesia donde tenía lugar el contrato matrimonial: el sacerdote preguntaba a los presentes si conocían algún impedimento para celebrar dicha unión y, en caso negativo, entonces se  entregaba las donaciones mutuas, todo esto se hacía ante la presencia de varios testigos.

H. 1400. Desposorios de la Virgen, Retablo de San Jorge, Convento de San Francisco, Villafranca del Penedés (detalle) (imagen obtenida aquí)


B) en el interior de templo (opcional): juramento de fidelidad (no era necesario la presencia de un sacerdote, valía un notario o varios testigos) y el acto religioso propiamente dicho (misa) que otorgaba la bendición nupcial y que realizaba un sacerdote (tampoco era necesario, pero la gente de la burguesía y de altos estamentos lo realizaban). Después del Concilio de Trento fue obligatorio la presencia de un sacerdote para que bendijera la unión.

Todo el rito también se podía realizar en las casas particulares.

Los esponsales, principios del siglo S.XVI, Escuela castellana, subastas

Podía haber entrega de anillo frente a la misma puerta, que tenía lugar con la entrega de arras (sería parte de la donación de bienes o dinero del esposo a la esposa, siendo de origen germánico, aunque luego el Derecho romano lo impone), pero también se podía entregar después, en la casa del padre de la novia.  Era el hombre quien ponía el anillo a la mujer. Ya en la Edad Moderna la entrega de anillos será mutua (tras popularizarse en Italia frente a la puerta de la iglesia, hacia 1473).

El beso (osculum) era tradición romana y tenía valor jurídico. Tendría lugar el día del desposorio y reforzaba el derecho de la novia a las donaciones: si no había beso y moría el esposo las arras eran para los parientes de él. Con beso y moría el esposo, la novia se quedaba la mitad de los bienes concertados por el futuro esposo. Si era ella la que moría, haya o no beso, el esposo debe dar todo a los herederos de su futura mujer.

La iconografía de la época bajomedieval presenta a los contrayentes tomándose de la mano, la derecha, como símbolo de unión (se piensa que es un rito etrusco, pero que también realizaron romanos, griegos y judíos). Tras unas palabras, con las que manifestaban su intención de contraer matrimonio y promesas, las manos se juntaban para sellar el compromiso.

160-170. Sarcófago romano, Museo del Palacio Ducal de Mantua Ducal 

Finales del S. XIII. Desposorios de la Virgen, San Pedro el Viejo, Huesca (imagen obtenida aquí)

Desposorio de la Virgen. Principios del XVI. Escuela castellana, subasta

La bendición nupcial se conoce como velación: los contrayentes eran cubiertos con un yugo o banda (tela estrecha blanca). A ella se le colocaba sobre la cabeza y a él sobre los hombros (no fue obligatorio hasta el Concilio de Trento). Simboliza la protección de Dios sobre la vida en común de la futura pareja, siendo, además, ley divina. 

En otro se puede ver como el sacerdote coloca una estola o manípulo sobre ambas manos (algo que ya se observa en la iconografía italiana del siglo XV) 

H. 1524. Los esponsales de la Virgen, atribuido a Juan de Vallejo, Capilla de la Presentación de Nuestra Señora, Catedral de Burgos (detalle)


finales del siglo XVI. Boda de hidalgo en Santurce, Francisco Vázquez de Medieta, Dipitación de Guipúzcoa (detalle) (imagen obtenida aquí)


Las bodas en la Baja Edad Media y durante el Renacimiento, en cualquier estamento social, fueron motivo de regocijo para comer, beber y danzar. Eran acontecimientos casi multitudinarios, pero de esto ya hablaremos en otro momento.

Bibliografía:

  • Arriba Cantero,  Sandra de: San José.  Universidad de Valladolid  dearriba@arte.uva.es
  • Castrillo Casado, Janire: Mujeres y matrimonio en las tres provincias vascas durante la Baja Edad Media* (Women and marriage in the three basque provinces during the Late Middle Ages)Univ. del País Vasco (UPV-EHU). Fac. de Letras. Dpto. Historia Medieval, Moderna y de América. Pº de la Universidad, 5. 01006 Vitoria-Gasteiz ianirec@yahoo.es
  • Navarro Gavilán, Blanca: LA SOCIEDAD MEDIA E INFERIOR EN CÓRDOBA DURANTE EL SIGLO XV. FAMILIA Y VIDA COTIDIANA. Departamento de Ciencias de la Antigüedad y de la Edad Media, FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS.
  • Marcos Casqueros, Manuel-Antonio: PECULIARIDADES NUPCIALES ROMANAS Y SU PROYECCION MEDIEVAL, UNIV. DE LEÓN.
  • Ceremonía y rubrica http://liturgia.mforos.com/1699076-matrimonio/
  • Sobre la dote ver aquí

lunes, 14 de septiembre de 2015

ROPA, ROPÓN de hombre. Sobretodo.

Prenda de abrigo amplia muy de moda entre reyes, nobles y caballeros durante la primera mitad del siglo XVI. Proviene de la ropa de encima tan de moda en el siglo XV que en invierno se forraba con piel.

El ropón eran más o menos amplio, abierto por delante o con aberturas laterales en la falda si era para cabalgar. Llevaba mangas y una vuelta de piel en el cuello que luego se generalizó a modo de solapa. No solía llevar cinturón y no admitía otra prenda encima.

Ropa corta ceñida con cinturón. H. 1504. Cena en casa de Simón, Juan de Flandes, Palacio Real, Madrid (detalle)


Anterior a 1517. Maestro Alejo, El baile de Salomé ante Herodes, Galería Bernat (detalle)


Así debió vestir cuando llegó a España, en 1517, Carlos V. El ropón o ropa lleva mangas largas abierta de arriba abajo pero unida por puntos. 
 Adoración de los Reyes Magos, Carlos V como rey mago. 1519. Marco Cardisco, Museo Civico Castel Nuovo, Nápoles (detalle)

Epifanía. Maestro de los Santos Juanes (activo en Palencia en la primera mitad del siglo XVI) (imagen obtenida aquí)


En este caso las mangas siguen la moda de principios del siglo XVI: anchas por arriba para luego estrecharse. 
H. 1525-31, Epifanía, Vicente Macip, Museo Catedralicio Segorbe, Castellón (detalle) 


Una tipo de manga que ya se estilaba en el resto de Europa por los años 20, y que tuvo poca aceptación en España, fue una que estaba hinchada a la altura de los hombros hasta medio brazo.

Felipe II, copia de Tiziano (imagen obtenida aquí

La ropa francesa o flamenca, de moda en toda Europa desde 1515-17, pero en España fue hacia 1520 tras la llegada de Carlos V es una prenda de lujo con vueltas muy grandes y de manga corta. 

Carlos V. 1532. Jacob Seisenegger,  Kunsthistorisches Museum, Viena (imagen obtenida aquí)

Enlaces relacionados en este blog:


Bibliografía:


  • Bernis Madrazo, Carmen: Indumentaria española en tiempos de Carlos V. Madrid: Instituto Diego Velázquez (Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC), 1962.
  • Bernis Madrazo, Carmen: La moda en la España de Felipe II a través del retrato de corte. En el catálogo de la exposición Alonso Sánchez Coello y el retrato en la corte de Felipe II. Madrid: Museo del Prado.
  • Bernis Madrazo, Carmen: El traje y los tipos sociales en el Quijote. Madrid: Visor, 2001.
  • Soláns Soteras, María Concepción: La moda en la sociedad aragonesa del siglo XVI.  Institución “Fernando el Católico” (C.S.I.C.). Colección Estudios. Zaragoza. 2009.

martes, 1 de septiembre de 2015

Indumentaria de Mujer entre 1511-1520

Siguiendo el estudio de la vestimenta en el siglo XVI (ver Indumentaria de Mujer entre 1500-1510), en esta entrada indicaremos las prendas que se usaban entre 1511 y 1520:

Interior:
Camisa, calzas. Zaragüelles.

Semiinterior:
Faldellín, cos.

De acuerpo:
Gonetesayuelo, vasquiña, sayasaya francesa (mujeres nobles).

De encima
Hábito, monjil, ropa, sobresaya

Sobretodos:
Manto, mantillas de aletas, mantonet, mantilla, loba, capuz, tabardo (mujeres nobles)....

Tocados:
Toca (turbante), cofia (crespina), tranzadorodetetira de cabeza, sombrero.

Calzado:
Zapatos, servillas, borceguíes, alcorques, chapines...

Complementos: 
Gorguera, faja, ceñidor, cinta de cadera, mangas postizas, manguitos o manguillas...

Algunas de las prendas indicadas todavía no están descritas en el blog. Y hay otras que no hemos podido encontrar en la iconografía.

1.


1514. Grabados de La Celestina (detalle)


2.


1514-19. La resurrección de Lázaro, Juan de Flandes,  Museo del Prado, Madrid (detalle) 


3.


1508-19. Natividad, Juan de Flandes,  National Gallery of Art, Washington, (detalle)

Primera imagen de una saya francesa sobre una saya. 

4.


1515-19. Tabla de Sixena o Sijena, maestro de Sijena, Museo de Huesca (imagen obtenida aquí)


5.
H. 1515-1520. Nacimiento de la Virgen, parroquía de Santa María de Ejea de los Caballeros, Zaragoza (imagen obtenida de La moda en la sociedad aragonesa del siglo XVI de M.C. Soláns Soteras) 


6.


1520. Retablo de. San Felix, Museo de Bellas Artes de Gerona (detalle) 

7.


H.1520. Epifanía, Anónimo, escuela hispano-flamenca, ©Museo Nacional de Arte de Cataluña, Barcelona (detalle) 

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