Pedro Portocarrero y Guzmán, 1700: «Theatro monarchico de España: que contiene las mas puras, como catholicas máximas de estado...».
«Del demasiado adorno de los hombres, que es peor, que el de las mugeres»
Documentado como calzado en la segunda mitad del siglo XV.
Calzado de piel muy fina y flexible, sería muy similar al borceguí pero sería más fino ya que se podía llevar debajo de este.
Las mujeres podían llevar la servilla con el chapín.
Covarrubias en su Tesoro de la lengua castellana o española (1611) la define como «un calzado de unas zapatillas de una suela, muy a propósito para las mujeres de servicio porque necesitan andar con desenvoltura».
Bibliografía: