Como
actualmente en el Rastro de Madrid, y supongo que en muchas otras calles de
España, las pinturas desde la Edad Media se vendían en plena calle o en puestos
determinados o tiendas. Hay testimonio de ello en una miniatura de las Cantigas
de Santa María. Por aquel entonces se vendía tablas, siempre con motivos
religiosos, para la devoción casera o para colocarlas en las hornacinas o
repisas de las calles.
La tienda
que nos muestra la miniatura está bajo dos arcos y un poyete servía para
exponer la mercancía.
Cantigas de Santa María de Alfonso X El Sabio, hacia
1280-85, Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, Madrid
Un ejemplo de cómo o dónde colocaban las
tablas o cuadros en las casas lo podemos ver en este lienzo del siglo XVI.
Escena bíblica de la vida de Samuel y David, 1500-20, Maestros de la
circuncisión de Schretlen, pintor flamenco activo en Sevilla, ¿Escuela andaluza?,
subasta (detalle)
Los vendedores de cuadros eran pintores que no alcanzaban la fama.
Unos por ser mediocres o realmente malos, otros por ser subestimados en su
trabajo. Habría pintoras pero si no formaban parte de una importante familia de
artistas, también sus cuadros serían vendidos al resguardo de las fachadas.
Un par de cuadros del siglo XVII nos muestra como las pinturas se
exponían al público colgados o apoyados contra las fachadas de los edificios.
Se sabe que en Madrid se vendían en las gradas de San Felipe, enfrente
de la Cárcel de Corte, en la calle de Toledo, de Barquillo y en la red de San
Luis. Los pintores que tenían taller y tienda también sacaban sus cuadros
fuera.
Anónimo, hacia 1700, Palacio de Santa Cruz, antigua
Cárcel de Corte, hoy sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, despacho del
Introductor de Embajadores, Madrid (detalle)
Anónimo, plaza de la Cárcel de Corte, mediados del
XVII, Ministerio de Asuntos Exteriores, Madrid
Un cuadro interesante y que vale la pena
mostrar aquí es el pintado por José Claudio Antolínez donde aparece un
"pintor de tienda o pintor pobre" o un "corredor de
cuadros". Su aspecto harapiento nos da una idea de las condiciones de vida
de unos o de otros.
Pintor pobre, José Claudio Antolínez, 1670, Antigua
Pinacoteca, Munich, Alemania
Bibliografía:
- Bruquetas Galán, Rocío: Técnicas y materiales de la pintura española en los siglos de oro. Fundación de apoyo a la historia del arte hispánico, Madrid, 2002.
- Menéndez Pidal, Gonzalo: La España del siglo XIII leída en imágenes. Real academia de la Historia. Madrid, 1986.
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